«Nos han preparado para el futuro, nos han dado una profesión»
Quince reclusos de Puerto III recibieron ayer los diplomas del curso de cocinero que han realizado en la Escuela de Hostelería de Jerez
JEREZActualizado:Mario Pérez no pudo disimular la alegría cuando escuchó su nombre y se levantó a recoger el diploma que le acredita como cocinero y que certifica que después de 400 horas de formación ya tiene una herramienta para enfrentarse al futuro, para buscar trabajo y dejar atrás la vida en prisión.
Mario es uno de los 15 reclusos de Puerto III que se ha beneficiado del programa de becas para reclusos de la Obra Social de La Caixa y que desde el mes de julio hasta septiembre se han esforzado por aprender a cocinar platos, a tratar con los clientes, a conocer los procedimientos y las normas sanitarias del sector en las instalaciones de la Escuela de Hostelería de Jerez y bajo la supervisión del profesorado de este centro. «Nos han dado una profesión, nos han enseñado y dejado utilizar sus instalaciones, y ahora vamos a poder aprovechar esa formación tan completa para salir adelante», explica este preso que ya está pensando en volver a su Canarias natal para dedicarse a la hostelería e incluso para retomar ese proyecto de crear junto a su hermana su propia empresa de restauración, una idea que en su momento abandonó «porque la vida viene y te lleva por otro lado».
Una puerta abierta
Para él y sus compañeros el título que ya está en su poder es una puerta abierta a nuevas posibilidades, «porque nos han enseñado a defendernos a la hora de buscar un trabajo, a valernos por nosotros mismos», dice Salvador Fernández, de Jerez, uno de los reclusos más jóvenes en un curso en el que la edad media ha sido de 31 años y en el que el alumno más mayor tiene 45 y el más joven 23.
A Salvador le queda algo menos de un año para abandonar la prisión, y ya piensa en el futuro con optimismo. E incluso se permite deslumbrar a la familia durante los permisos: «Ya les he hecho alguna comida, y se han quedado alucinados». Miguel Leal es de Trebujena y trabaja durante el día cuidando ganado bravo, pero por las noches debe volver al centro penitenciario. Como el resto de sus compañeros, está próximo a disfrutar de un régimen de semilibertad o libertad condicional, y recibir esta formación profesional le ha servido también para ir asumiendo rutinas, responsabilidades y las obligaciones de un empleo estable. Pero lo que él destaca de este curso y del trato de los profesores -que les han exigido el más alto nivel- es que «nos han dado dignidad». «Nos han tratado como a personas normales, y nos han apoyado en todo y han creado mucho compañerismo», afirma.
Preparados para trabajar
La convocatoria de estos cursos ha sido un éxito, y no lo dicen sólo los alumnos sino también el director de la Escuela de Hostelería, Francisco Romero, que recalcó que «las opciones de que sean contratados o de que puedan montar su propio negocio son reales y altas» -ahora se les deriva a un programa de inserción laboral- y que les felicitó «porque habéis tenido espíritu de aprender».
Los mismos ánimos le trasladó José Ortells, director de área de negocio de La Caixa, que ayer les dijo que «gente tan bien preparada, con 400 horas de formación a sus espaldas, no hay mucha. Y eso tenéis que aprovecharlo».
Por la reinserción
El director de Puerto III, Juan Carlos Carrillo, recordaba ayer que esta acción de la que se han beneficiado 15 reclusos forma parte del convenio firmado entre La Caixa e Instituciones Penitenciarias en octubre del pasado año y en virtud del cual en el curso 2008-2009 se dieron 1.000 becas para diferentes actuaciones. El objetivo, como recalcaba Carrillo, está claro: reeducar y reinsertar a los presos dándoles formación de calidad. Y como eso tiene un coste importante que no siempre puede pagar el Estado, La Caixa a través de su Obra Social salió al rescate y pone medios y recursos para ello. Sólo este año dedica 6,7 millones de euros a conceder estas becas a reclusos en segundo o tercer grado, y en cada una de ellas la inversión es de unos 4.600 euros. Y es que no sólo paga la formación, sino también los gastos de desplazamiento, la manutención y hasta una beca salario mensual.