Una semana de puro teatro
La III Muestra de El Puerto trae a la ciudad los últimos espectáculos de compañías consolidadas como Histrión, Chirigóticas o Teatro del Velador
CÁDIZ Actualizado: GuardarLas luces se apagan, el público enmudece y el silencio se hace palpable. Sube el telón. La magia del teatro inunda esta semana El Puerto con lo más granado de la escena andaluza. Compañías consolidadas como Chirigóticas, Atalaya, Teatro del Velador o Histrión llenan los carteles esta semana de la III Muestra de Teatro Andaluz, que arrancó ayer con el estreno de Cabaret Líquido, de los granadinos Laví e bel, Premio Max al Mejor Espectáculo Musical. Del 10 al 13 una veintena de producciones recorrerán los espacios que forman parte del circuito: la nueva Sala Levante (que sustituye a la Sala Poniente), la Sala Alfonso X, San Luis, el Teatro Pedro Muñoz Seca y las 7 Esquinas.
Kalina Teatro son los encargados de abrir esta mañana el programa con el concierto para piano La buhardilla de los cisnes. Obsesionada por la moda tecnológica, la pequeña protagonista descubrirá la magia de la música gracias a las partituras de El Lago de los Cisnes.
Ya por la tarde, el primer espectáculo correrá a cargo de El ojo del Bululú Producciones que representarán la pieza Volpone o el Zorro, sátira mordaz sobre el poder, la avaricia y la lujuria.
El actor Roberto Quintana y el escenógrafo Juan Ruesga se encuetran detrás del recién estrenado Proyecto Lear, que pondrán esta tarde sobre las tablas de la San Luis su visión de la vida del matemático Galileo. Apresado por la Inquisición, la obra refleja las horas previas a su comparecencia ante el Tribunal.
Atalaya representará esta noche en el Teatro Pedro Muñoz Seca Divinas Palabras, llena de personajes sórdidos, avaricia y muerte. Una mirada personal al clásico de Valle-Inclán bajo la dirección de Ricardo Iniesta. La última perla de la primera jornada de la Muestra de Teatro viene de la mano del espectáculo circense Cirkea de Manolo Carambolas y Rolabola. Manuel Zamora Morillo asume la dirección, el libreto, la producción y además protagoniza esta pieza que se vale de un lenguaje cómico visual y el arte de los malabares. Un experimento mímico que aúna su parte clásica a través del sonido de un acordeón y una moderna mediante scratches y un gramófono futurista.