El error burocrático
JEREZ Actualizado: GuardarComo les presumo al tanto de la actualidad que a diario sucede en esta ciudad de nuestras culpas, sabrán que la comidilla informativa de la pasada semana ha sido el retraso en el pago de las nóminas a los trabajadores municipales. Un tema que ha trascendido al punto de que diferentes colectivos de tales trabajadores: mantenimiento, Policía Local o departamento informático, han realizado diferentes protestas, contra las que se ha alzado nuestra regidora, tachando de «insolidarios» a los protestantes. Por lo visto, querer cobrar a final de mes, pagar la hipoteca, comprar alimentos y demás tonterías mundanas es algo que hace a uno insolidario. Supongo que, cuando en casa entran dos sueldos (como le ocurre a dicha regidora) y ambos superan los 60.000 euros, llegar a fin de mes es algo mucho más placentero, que no plantea tantos quebraderos de cabeza.
Lo anecdótico de la noticia es que el Ayuntamiento ha salido al paso de la protesta aduciendo que todo se ha debido a un error burocrático. Sin embargo, al no ofrecer más detalles sobre el mismo, tales como cuál es el error o quién es el funcionario responsable, este cronista ha optado por aprovechar sus contactos en las más altas esferas internacionales, para adentrarse en el mismísimo C.I.C.E.B. que, por si lo ignoran, son las siglas del Centro Internacional para la Catalogación de los Errores Burocráticos.
Desde dicho organismo me informan de que el error burocrático detectado en el Ayuntamiento jerezano es uno muy frecuente en las administraciones españolas y que, por lo visto, tiende a crecer de forma desmesurada. De hecho está catalogado con las siglas inglesas: I.H.A.M., cuya traducción en español bien podría responder a las castizas siglas T.C.U.M. Y no se alarmen si la lengua de Shakespeare no es su fuerte, tales siglas corresponden a la expresión: I Haven Any Money, que, en español, suponen un categórico: «Tiesos Como Una Mojama».
Y ése es el famoso error burocrático que ha padecido nuestro municipio. Me dicen desde este Centro Internacional que no tienen constancia del criterio elegido por dicho error a la hora de hacer de las suyas, pues lo normal es que afecte a todos los trabajadores por igual. Suponen, por suponer, que haya sido simplemente el azar –a mí me parece sospechoso– lo que ha propiciado que el error se cebe sobre sectores tales como los trabajadores de infraestructuras, de los servicios informáticos o de la Policía Local, respetando, eso si, colectivos tan necesarios como el Jefe-marido del Gabinete de Alcaldía, los miembros del equipo de Gobierno municipal, o los fantásticos asesores varios y variopintos que conforman la nómina municipal. Como todo siempre tiene moraleja y esta vez no podía ser menos, es triste que cuando se anuncia una inminente inversión multimillonaria para poner en marcha un tranvía que nadie demanda, que supondrá años y años de obras, que no cabe por algunas de las calles incluidas en su trazado y que, a la postre, tan sólo servirá para congestionar el centro de la ciudad –ejemplo cercano tenemos en Sevilla con esa porquería de tranvía que nadie usa, que circula peligrosamente por zonas peatonales afeando el hermoso centro histórico de la capital hispalense–, uno se pregunta si realmente es necesario, o si todo es tan simple como que el ego de quienes acceden al cargo de Alcalde les lleva a gastar lo que no tienen, con tal de pasar a la posteridad como autores de una obra cuanto más grande mejor. Y ello es mucho más triste si además no pueden pagar la nómina de quienes trabajan para el municipio.