La CIA cree que el autor de la matanza de Fort Hood trató de unirse a Al-Qaeda
NUEVA YORK Actualizado: GuardarNidal Malik Hasan está fuera de peligro y ya puede hablar, aunque todavía no ha sido interrogado. Cuando lo hagan, los investigadores querrán saber por qué el autor de la masacre de Fort Hood intentó contactar con Al-Qaida y cuál fue el resultado.
Según la cadena de televisión ABC, las agencias de inteligencia estadounidenses le seguían la pista desde hace meses, cuando detectaron a través de Internet sus intentos de relacionarse con la organización terrorista. No se sabe si informaron de ello al Ejército, porque el director de la CIA, Leon Panetta, ha pedido al comité del Congreso con el que comparte la información que proteja con celo su confidencialidad. «Si Hasan daba señales, contándole a la gente que se había convertido en un extremista islámico, el Ejército estadounidense tiene que tener cero tolerancia al respecto», bramó en la cadena Fox el senador Joe Lieberman. «Tenían que haberlo echado».
Señales de radicalización
Son muchos los ex alumnos y compañeros de armas del mayor Hasan que ahora dicen haberle escuchado defender a los terroristas suicidas, dar señales de radicalización o exponer puntos de vista «antiamericanos», pero cuesta separar cuántos de éstos le atribuyen esas desviaciones sólo por ser un profeso musulmán o estar en contra de la guerra de Irak.
El propio jefe del Estado Mayor, general George Casey, pidió el domingo en la cadena CNN que cesen las especulaciones y dijo estar «preocupado» por la suerte que corran a partir de ahora los 3.500 musulmanes que sirven en las Fuerzas Armadas estadounidenses. Tanto que ha pedido a sus comandantes que vigilen el trato que reciben estos hombres, valiosos como interpretes y mediadores.
Las posibles conexiones radicales de Hasan han llevado a la prensa a rastrear los pasos de su familia en la mezquita del Centro Islámico Dar al-Hijrah, en Falls Church, en el estado de Virginia, donde se celebró el entierro de la madre del mayor el 31 de mayo de 2001. En esa misma fecha rezaban en ese templo, el mayor de la costa este, dos de los secuestradores del 11-S, bajo los pregones religiosos del clérigo Anwar al-Awlaki, que más tarde fue encarcelado durante un año en Yemen al ser detenido junto a miembros de Al-Qaida.