«Temimos lo peor, pero hemos tenido suerte»

Davinia y Damián, Pepe y Conchi. Todos ellos viven a pocos metros de donde explotó ayer la bombona del 3º-I. Todos ellos tenían aún ayer el miedo en el cuerpo.

«Aquí se podía haber producido una tragedia si esto en vez de pasar de noche ocurre por la tarde», apuntaban los vecinos.

Y es que, todavía a mediodía del lunes, los restos de la explosión eran visibles desde cualquier punto del edificio. Los técnicos municipales comentaban que la estructura del edificio no sufrió desperfectos graves.

Eso sí, la techumbre de cristal que corona el inmueble se agrietó en parte, y los daños materiales eran cuantiosos en una docena de viviendas.

Sin embargo, se da la circunstancia de que los mayores estropicios, aparte del piso donde ocurrió la explosión de gas, no se produjeron en las viviendas colindantes como era de esperar, sino los inmediatamente inferiores.

En su intervención de emergencia, los bomberos tuvieron que hacer frente además a una pequeña inundación en la vivienda afectada, provocada por la rotura de las tuberías a causa de la onda expansiva.

Los vecinos seguían ayer sobresaltados y narraban con todo lujo de detalles su experiencia. «Oímos un fuerte boom, y salimos fuera. Enseguida vino la policía y nos dijo que había que evacuar el edificio». Lo cierto es que el suceso mantuvo en vilo a más de medio centenar de familias durante horas. Muchos de los protagonistas aseguraban no haber visto nunca nada así y daban gracias al destino. «Los niños estuvieran dormidos».