MIRADAS AL ALMA

Racismo televisivo

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Resulta duro, casi asfixiante, comprobar cómo el racismo se incita tan baratamente en cualquier canal televisivo. Y es que el racismo no sólo existe, sino que se ha transmutado el comercio para las televisiones. Callejeros es ese programa que comenzó una cruzada letal contra los gitanos; pero ahora, visto el éxito, se han sumado todos esos seudo-programas que buscan ese lado cruel y crudo de la vida de los desdichados. Mostrar eso, la desdicha de los más desfavorecidos, parece que sienta bien a la actual sociedad, quizás para así comprobar cómo otros lo pasan peor, rodeados de ratas y drogas a mansalva, sin luz ni agua.

Hoy no existen escrúpulos, ni márgenes, ni medidas; se muestra todo con tal de tener audiencia. Todo vale, y si para ello tenemos que ridiculizar a los gitanos, pues mejor. Miren ustedes: la droga, el robo, el crimen... es un comportamiento casi natural del ser humano, tanto gitano como payo; y si me apuran, todos sabemos que los grandes narcotraficantes son los millonarios payos. El gitano, en todo caso, es ese pobre mercader, presa de una cadena donde la incultura apremia. El permitir que dichos programas televisivos acechen por los poblados de chabolas buscando sólo ese lado morboso y oscuro es una falta de moral y de ética que lo único que consigue es acrecentar el odio de los racistas. De los gitanos se pueden mostrar bellísimas costumbres culturales, plenas de respeto y armonía familiar. Claro, que todo esto no parece interesar a esos canales basura que nos invaden sin compasión.

Sigue siendo esta raza (raza mía de la que me siento tan orgulloso), presa y víctima. Raza perseguida, maltratada, sufrida... que hace bien en sentirse celosa de su forma de ser. Raza de artistas que le han dado a España distinción y personalidad, raza de errantes aires libres donde el compás y la alegría combaten contra la lluvia de la injusticia.