Una pelea entre hinchas lleva el pánico a un parque infantil lleno de familias
El altercado, con botellazos y botes de humo, se produjo a cinco metros de la jefatura de la Policía Local de Cádiz
CÁDIZ Actualizado: GuardarUna historia llamada Juan Sinmiedo que se quedó sin terminar y tampoco pudo servir para ilustrar la valentía ante las decenas de niños que la escuchaban. Y es que es difícil reforzar la autoestima de un niño mientras botellas y granadas de humo vuelan sobre su cabeza.
La escena se vivió ayer en la zona de juegos de Telegrafía sin Hilos cuando un altercado entre hinchas béticos y del Cádiz cortó en seco la primera jornada de Plazas en juego. Una iniciativa que este año el Ayuntamiento ha llevado por primera vez hasta la plaza cercana al Estadio Carranza en el mismo día en el que se jugaba el derbi andaluz.
El mediodía llegó a la plaza de Telegrafía sin hilos con un ambiente enrarecido. En los juegos infantiles se concentraban centenares de familias. Ayer se presentaba, por primera vez en la plaza, la actividad municipal compuesta por un taller de gafas en tres dimensiones y una cuentacuentos.
Mientras ,un grupo de jóvenes aficionados del Betis se concentraba en la plaza por orden de la Policía Nacional, según el Ayuntamiento de Cádiz. Los forofos realizaron un botellón en la zona más cercana a la Avenida. Desde allí, aliñados con cerveza, vodka o whisky, los béticos proferían gritos contra los coches que pasaban mientras tiraban petardos. Fuentes de la Comisaría niegan que fueran concentrados por decisión policial, ya que se trataba de un grupo de aficionados que de forma espontánea tomó la zona para beber y comer. Las voces y la agresividad de los verdiblancos aumentaban por momentos. Al otro lado de los parterres, los padres se preguntaban dónde estaba la Policía Local -su Jefatura está ubicada a cinco metros del lugar-. El Ayuntamiento alega que no intervinieron porque era peligroso tratar de impedir el botellón: «La reacción podía provocar una situación peor». Con o sin intervención, la sangre llegó al río al filo de las dos de la tarde ante los ojos de más de un centenar de menores.
Carreras y miedo
«Todo ocurrió muy rápido, en escasos cinco minutos», explicó Maribel Borrego, momentos después del altercado. Las historias de la cuentacuentos Ana Manteca entretenían a la mayor parte de los pequeños concentrados en la plaza cuando ocurrieron unos hechos que los presentes calificaron como «muy desagradables». Desde la Glorieta de Helios apareció un grupo de entre 30 y 40 ultras cadistas, vestidos de negro y con la cabeza cubierta. Cruzaron la calzada de la Avenida en dirección a Telegrafía. Los padres no se percataron de su presencia hasta que el grupo alcanzó la plaza. Al verlos llegar, los ultras béticos echaron a correr en dirección de la Avenida de la Coruña mientras comenzaron a volar botellas y botes de humo. La cuentacuentos interrumpió su relato y, al igual que la mayor parte de los presentes huyó de la zona. En ese momento, el caos se apoderó de niños y padres. «Yo agarré a mi nieto Jesús y me fui corriendo», dice María del Carmen Bustelo. Antes de marcharse apresuradamente de la plaza, María del Carmen tuvo tiempo de ver como el pánico cundió entre los presentes. «Vi como una madre se caía al suelo mientras buscaba corriendo a su hijo». Minutos después de que béticos y cadistas abandonaran la plaza a la carrera, apareció la Policía Nacional. Varios coches-patrulla y dos furgonetas de antidisturbios se desplegaron por la zona para controlar la situación. Para esos momentos, los nervios de los padres eran evidentes.
Alguno de ellos no dudó en encararse con los agentes. «Se veía venir lo que iba a pasar ¿Dónde estaban ustedes?», le espetó Amalia Leiva a uno de los policías. Momentos después, algo más tranquila, reconocía haber sentido miedo por su pequeña, Helena. El ambiente familiar desapareció. Muchos hinchas decidieron volver, tras la pelea y las carreras, a Telegrafía sin Hilos para seguir bebiendo. Pero los antidisturbios ya habían controlado la situación. al aislar a los béticos más violentos.