John con su madre Julia; y con George y Ringo en un paso de Liverpool.
EL ÁLBUM DE FOTOS DE UN MÚSICO IRREPETIBLE

El carisma del pop

Su primera guitarra se la compró su madre por correo, Dylan cambió su forma de escribir y su asesino reprimió su primer intento por su amabilidad. Una biografía revela todo sobre Lennon

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De los cuatro beatles, John Lennon fue el que tuvo el perfil más carismático, una leyenda cuya posteridad quedó marcada por su asesinato el 8 de diciembre de 1980 a la entrada del edificio Dakota de Nueva York. Su personalidad destaca entre las más interesantes del siglo XX, por eso las biografías sobre él tienen tanto atractivo. La última ha llegado esta semana a las librerías y la firma Philip Norman en la editorial Anagrama. Es ya una sólida candidata para ser, hasta la fecha, la mejor sobre el músico. Como la vida de Lennon es díficil de resumir, incluso en las más de 800 páginas del libro, he aquí algunas secuencias.

LA SEPARACIÓN DE SUS PADRES

John Lennon nació el 8 de octubre de 1940, en Liverpool, mientras la Luttwaffe de Hitler lanzaba sobre la ciudad bombas con paracaídas. Su padre, Alf, era un marino que faltaba durante meses de casa, unas ausencias demasiado largas para Julia, su madre, que se quedó embarazada de otro hombre. Julia reincidió con «un camarero de hotel con el pelo planchado» -escribe Norman-, con el que se fue a vivir.

A la futura estrella del pop le dieron a elegir entre papá y mamá. La escana es de las más conmovadoras del primer tercio del libro. «John se acercó a Alf y lo cogió de la mano; luego, cuando Julia se dio la vuelta para irse, le entró pánico y salió corriendo tras ella, gritando que lo esperase y llamando a su padre para que fuese también. Pero, nuevamente paralizado por el fatalismo y la autocompasión, se quedó sentado en la silla». A pesar de que se fue con su madre, el niño se crió con su tía materna, Mimi.

THE BEATLES: EL NOMBRE

Empezó a tocar con un guitarra que su madre le compró por correo. En los años cincuenta pasó por su etapa de teddy boy, tupé incluido, y fundó The Quarrymen. Gracias a uno de sus miembros conoció a Paul McCartney, que le presentó más tarde a George Harrison, a los que se unió Stu Stucliffe en las Navidades de 1959 para formar un grupo. Pensaron que el nombre tendría que ir en la onda los Crickets (grillos), la banda de Buddy Holly, y así el primer candidato fue Beetles (escarabajos). Para evitar la imagen repelente de los insectos, John sugirió Beatals, de beat, en el sentido de ganar a la competencia. Con este nombre dieron varios conciertos hasta que uno de sus promotores, Royston Ellis, les impuso el de Beatles, según su versión, para asociarlo a la música y la poesía beat.

LAS ENSÑANZAS DE BOB DYLAN

En agosto del 64, los Beatles estaban tocando en Nueva York y el músico quiso conocer a Bob Dylan, que también estaba en la ciudad y del que era fan, pues sus canciones le habían demostrado que ese tipo de letras podían ser populares sin renunciar a la expresión personal. Dylan conocía también los temas del grupo y, bromeando, les dijo que por su acento británico, en la I Want to Hold Your Hand, había entendido «I get high» (me coloco) en vez de «I can't hide» (no puedo esconderme). Lennon le confesó que nunca había probado la marihuana, y Dylan hizo que la fumara de inmediato.

8 DE DICIEMBRE DE 198O

Lennon desayunó el 8 de diciembre de 1980 en el cafe La Fortuna de la avenida Columbus de Nueva York y se cortó el pelo como cuando era un chico, a lo de teddy boy, para una sesión de fotos con Annie Leibovitz. Luego fue a su casa en el edificio Dakota donde vivía con Yoko Ono, la artista a la que había conocido en 1966, cuando asistió a una de sus performances, en la que se metía en una bolsa.

Salió hacia las cuatro de la tarde para trabajar en el estudio Record Plant. En la puerta, un hombre le pidió un autógrafo. «¿No quieres nada más?», le dijo Lennon. Esta muestra de amabilidad bloqueó a Mark David Chapman, que pensaba asesinarle en ese momento. A la vuelta, le disparó cinco tiros. Lennon siguió andando hasta que se desplomó mientras se le caían las cintas que había grabado esa tarde.