Condenan a dos años a los acusados de quemar los caballos de Domecq
JEREZ Actualizado: GuardarEl juzgado de lo Penal número 2 de Toledo ha condenado a dos años y tres meses de prisión al rejoneador José Antonio C.A. por un delito de daños por la quema de los caballos de los hermanos Domecq ocurrida en junio de 2001 en Ocaña (Toledo).
En la sentencia dada a conocer ayer por el titular del citado juzgado, Víctor Rivas, el condenado deberá indemnizar a la empresa propietaria de los caballos, Duende y Desplante, con más de medio millón de euros. En su resolución, el juez absuelve al otro acusado, Manuel B.C., así como a José Miguel C.M., hijo del condenado, para quien el juez ya declaró extinguida su responsabilidad antes del inicio de la vista por prescripción del delito.
Los hechos ocurrieron en Ocaña la noche del 2 de junio de 2001 a la altura del kilómetro 57 de la carretera de Andalucía delante de un restaurante donde se había estacionado el remolque que transportaba doce caballos de los hermanos Domecq que regresaba a Jerez después de haber participado en una corrida en la plaza de Las Ventas. En realidad, el objetivo no eran los caballos de los hermanos Domecq, sino los del rejoneador Sergio Galán, al que querían perjudicar para eliminar la competencia que les suponía a los acusados en las corridas de toros.
Con ayuda
En la sentencia, que puede ser recurrida, el juez considera probado que el ahora condenado, José Antonio C.A., utilizó la mediación de una prostituta colombiana, O.N.G.T., conocida como Kati, para que ésta hiciera el encargo de la quema de los caballos a terceros. Pero, a la hora de ejecutar el plan, por el que el acusado José Antonio pagó 3.000 euros, los sicarios colombianos encargados de quemar a los equinos, que no han podido ser juzgados por estar en rebeldía, confundieron el remolque de los caballos de Sergio Galán con el de los hermanos Domecq, después de que ambas ganaderías participaran en una corrida en la plaza de Las Ventas de Madrid.
Uno de los caballos de los ganaderos jerezanos murió en el acto, otros cinco en días sucesivos y cuatro más quedaron inutilizados para la lidia.