tensión nuclear

Irán rechaza el acuerdo para enviar a procesar el uranio al exterior

EEUU buscaba garantizar que el régimen de los ayatolá no lo desvía a un programa no pacífico

TEHERÁN Actualizado: Guardar
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Tras dos semanas de dilaciones y un enconado pulso interno, el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores del Parlamento iraní, Alaedin Boroujerdi, ha anunciado que Irán ha descartado el acuerdo para ceder su uranio y que éste sea procesado en el exterior. Aunque las palabras de Boroujerdi, un importante representante de la sección conservadora del régimen no pueden calificarse de respuesta oficial, sirven de preámbulo y colocan a la comunidad internacional ante otra encrucijada obligada a responder de nuevo al desafío iraní.

El diputado eligió la agencia de noticias estudiantil Isna para declarar que "no está previsto enviar nada de los 1.200 kilogramos de uranio iraní a la otra parte para recibir el combustible. Esto ya ha sido descartado". "En la actualidad, el representante iraní ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Ali Asghar Sultaniye, negocia para buscar soluciones a este asunto... Nuestros expertos están mirando como obtener el combustible y arreglar el problema".

Irán insiste en que necesita ese material para mantener en activo a partir de 2010 el reactor nuclear de investigación médica que tiene en Teherán y reitera que bajo el Tratado de No Proliferación, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está obligado a proporcionarselo. La comunidad internacional reconoce este derecho, pero ambiciona garantías de que el combustible no va a ser desviado a usos no pacíficos. Boroujerdi también rechaza las "presiones internacionales" y subraya que "los extranjeros no pueden establecer plazos. Nosotros no estamos obligados a cumplir con los que nos dicen".

Un nuevo revés para EEUU

La decisión, de ser ratificada, supone un revés para Estados Unidos, Francia y Rusia, que el pasado 21 de octubre propusieron al régimen de los ayatolá un pacto que le permitía proseguir con sus actividades nucleares pacíficas y trataba de reducir los riesgos de una aventura militar. El acuerdo sugería enviar al exterior el uranio que Irán almacena al 3,5% y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20%, en las condiciones en que lo necesita para alimentar su reactor civil.

Pero la propuesta ha generado un amplio debate en el seno del régimen de los ayatolá, que se encuentra dividido desde la polémica reelección el pasado junio del presidente, Mahmud Ahmadineyad, cuya victoria electoral la oposición denuncia como fraudulenta. Esta misma semana, el Gobierno iraní había indicado que deseaba la formación de un comité de expertos y una nueva ronda de diálogo para "aclarar algunas dudas técnicas y económicas" del acuerdo antes de dar una respuesta definitiva.

Sin embargo, ya el viernes, durante el rezo comunitario, el imám interino del sermón oficial del viernes, ayatolá Ahmad Jatamí, adelantó que Irán no aceptaría un acuerdo liderado por Estados Unidos, una posición que según los analistas es la que mantiene el líder supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jameneí. "Ahora, ¿quién garantiza que si cedemos el uranio al 3,5 por ciento será devuelto a Irán al 20%?. La nación iraní está atenta y no se va a dejar engañar", señaló Jatamí.

Días antes, el vicepresidente del Parlamento iraní, Mohamad Reza Bahonar, explicó que la máxima autoridad de Irán considera que en la actualidad no existe un interés estratégico en hacer la paces con quien considera su principal enemigo.

La nueva central, en la que Irán dice querer instalar cerca de 3.000 centrifugadoras de nueva generación, salió a la luz el pasado 25 de septiembre envuelta en polémica después de que el presidente norteamericano, Barack Obama, denunciara que se edificaba "en secreto", alegación que Teherán niega.