Hoy por tí, mañana por mí
Actualizado:La justicia es la concepción que cada época y civilización tienen acerca del bien común. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes y es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones. Pues bien, tras la breve exposición de justicia, demasiados ciudadanos españoles consideran que en un Estado social y democrático de Derecho uno de los mayores problemas nacionales, tras el desempleo, es la falta de Justicia o la justicia tardía, además de, la cantidad de errores judiciales que se producen año tras año por la ineficacia o, según se dice en los juzgados, por falta de medios para realizar el desempeño de sus funciones, causando el colapso judicial de temas verdaderamente importantísimos, así hace poco, se publicó en los medios de comunicación que un hombre había pasado 14 meses en prisión por un error judicial, pero claro, ¿Quién indemniza a este señor por haber estado ese tiempo privado de su libertad, disfrutar con su familia, sus amigos, sus hijos, etc.?
Parece que hoy en día, ser juez, magistrado o fiscal está aparejado al sinónimo de impunidad, aunque haya cometido errores en el ejercicio de sus funciones, siendo que, debe ser el propio ciudadano quien se querelle contra ese funcionario que, en el ejercicio de sus funciones, ha cometido un error «garrafal» denominado en nuestro precioso y ejemplar código penal como prevaricación, ya que, ¿Qué fiscal va a abrir diligencias contra un juez o magistrado? Pues así va «nuestra» justicia, mientras unos se tapan a otros, los ciudadanos sufren las consecuencias, siendo que, estos funcionarios salen de «rositas» por sus negligencias, inaptitudes o «corporativismo», es decir, «hoy por ti, mañana por mí». ¿Quién vigila al vigilante?