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Las pintoras que colgaron sus cuadros en la Catedral de Málaga
Actualizado: GuardarNo se sabe dónde aprendió, pero la malagueña Rafaela Roose ha dejado muestras de una depurada técnica académica y tradicionalista. Controlaba las claves de la pintura, probablemente adquiridas en clases particulares, y se inspiraba en Murillo para sus lienzos de gran tamaño y temática religiosa. «Representa la permanencia del murillismo en Málaga hasta 1880, fecha en la que terminó su última obra conocida», señala la historiadora del Arte Matilde Torres López en su Diccionario de Mujeres Pintoras en Andalucía, Siglo XIX.
Su matrimonio con un importante comerciante introdujo a Rafaela Roose en la élite local y ella hizo de la pintura su principal afición, no la necesitaba para vivir. De hecho, donaba sus cuadros a instituciones e iglesias. Pocos lo saben, pero once de ellos cuelgan hoy día de las paredes de la Catedral de Málaga, en el acceso al Patio de los Naranjos, en la antesacristía, en la capilla del Cristo del Amparo, en la del Pilar y en la de Santa Bárbara. En su producción destacan títulos como La curación del ciego de Jericó, Sagrada Familia y Adoración de los pastores.
Con medalla
No es la única mujer malagueña que ha dejado su firma en la Catedral. Apenas han trascendido datos de la vida de Concepción Cuadra, pero sí de su creación, centrada en lo religioso: dos de sus cuadros decoran el templo (uno de ellos, Santa Úrsula, en la antesacristía) y se sabe que obtuvo una medalla de plata en la Exposición de 1862.