
«Sé que tengo un crédito mínimo»
El técnico azulino reconoce que la situación deportiva podría complicar su futuro en Jerez
JEREZ Actualizado: GuardarLlega tarde, aunque impoluto. Se encuentra más en forma que cuando era un pistolero del área y no duda en disculparse por el retraso, aunque parece comenzar rápido para acabar cuanto antes. José Ángel Ziganda es hombre de fútbol y se ve que no está disfrutando con el momento. El técnico del Xerez sabe que la paciencia tiene un límite y que la actitud del equipo ante el Sevilla puede no ser suficiente para prolongar su continuidad de no ganar en Valladolid. Más de 100 días después, y con la imperiosa necesidad de ganar crédito, Cuco se sincera con LA VOZ.
-«Tengo un bicho por dentro que me motiva y que me empuja hacia los banquillos». ¿Sigue vivo ese bicho o Jerez lo está matando?
-Hombre, cuando tomé la decisión de venir a Jerez era porque tenía ese bicho. Había otras opciones, como esperar o seguir vinculado al fútbol en Bilbao, que no a los banquillos. Pero en cuanto llegó la oportunidad de venir al Xerez, tomé la decisión porque era lo que me pedía el cuerpo y porque uno tiene esa necesidad. Las decisiones importantes a nivel familiar y personal hay que tomarlas, y ahora que las cosas no están saliendo del modo que queremos no puedes decir que no te gusta. No es el momento para pensar en ese bicho, pero está claro que se mantiene dentro.
-¿Podemos hacer balance o prefiere mirar al futuro?
-Hay que mirar al futuro. El balance que hay que hacer es que hay que tratar de corregir, mejorar, adaptarse lo antes posible y conocernos todos lo antes posible. Hay que conocer esta categoría, el equipo y los recursos que tenemos. En ese sentido, a todos nos falta mucho para poder dar el máximo que sé que podemos dar.
-El entrenador, siempre en el punto de mira, tanto en lo bueno, como en lo malo.
-Sí. La experiencia de Pamplona también fue muy dura para nosotros. Estás en casa, te conoce todo el mundo y te llega todo, por lo que era imposible abstraerse. Aquí, quieras o no, tenemos menos relaciones, sólo la de los vecinos, y nos llega muchísimo menos todo, a nivel de información externa. Nos llega mucho menos de lo que nos llegaba en Pamplona. Por eso, en ese sentido, aquí te puedes abstraer un poco más de lo que es la vorágine del fútbol.
-El Sadar, San Mamés, Reyno de Navarra, Lezama. Muchos escenarios diferentes, pero ¿cómo lleva la presión de Chapín?
-Lo llevo con cierto sabor agridulce. Veo que hay muy buen ambiente, que la gente quiere y que con muy poco que les demos está dispuesta a disfrutar. La sensación y la pena es que no somos capaces de dar lo que quiere la gente. Esa es la sensación que tengo. Porque vemos que, por ejemplo, el día del Sevilla hay un buen ambiente o la alegría del día del Villarreal, con una victoria que alegró mucho a la gente. Esa es la pena, que vemos que somos un equipo que intenta competir y no somos capaces de dar alegrías. Por eso nos sentimos tristes ante esta disyuntiva. El fútbol es un sentimiento, consiste en dar alegrías y tristezas, y al final estamos dando más tristezas que otra cosa.
-¿Se arrepiente, en parte, de no haber tomado las riendas de la cantera del Athletic?
-Las decisiones se toman con todas las consecuencias. A dos meses no puedes mirar atrás y pensar que pasaría de haber decidido otra cosa. La decisión está tomada, tanto si sale bien como si sale mal. Tenemos que intentar sacar esto adelante y no pensar en otras cosas. Cuando tomas una decisión, y más en el fútbol donde influyen muchas cosas, siempre hay un riesgo que hay que asumir.
-¿Qué sería de Cuco sin el fútbol?
-Algo haría, eso seguro, sólo que he tenido la fortuna de estar siempre vinculado al fútbol. Mi mente esta centrada en seguir viviendo del fútbol, pero por supuesto que sin él no estaría quieto porque no puedo estar sin hacer nada.
-¿Cómo es posible que un club de Segunda B golee a otro con 420 millones de presupuesto?
-El fútbol no es matemático y tiene algunos momentos puntuales. Ya lo vivimos el año pasado, cuando el Poli Ejido le metió cinco al Villarreal. Es algo ilógico, pero que puede pasar, ya que son 90 minutos y el estado de excitación es tan grande que puede salirte todo y el grande se mete en un agujero y no sale. El estado emocional es muy grande y el miedo, tanto a ganar de unos como a perder de otros, lleva a estas cosas.
-Sinceramente, ¿ve la permanencia igual de cerca que cuando comenzó todo en Mallorca?
-Creo que estos dos meses deben ser claves. Lo malo es que nos está costando mucho ganar partidos a todos los de abajo y lo bueno es que, si enganchas dos o tres partidos, sales de ahí. Por eso, debemos tener mentalidad positiva y pensar «¿por qué no podemos ganar?». Quitando el fiasco de Tenerife, el resto de partidos hemos tenido la oportunidad de pelear el resultado. Sí que es cierto que no han caído de nuestro lado, porque estamos haciendo mal muchas cosas, pero en casi todos los encuentros hemos tenido opciones reales de puntuar. Eso nos tiene que animar y debemos pensar en eso, no en la permanencia. Me tengo que centrar en matarme para ganar al Valladolid y luego al Sporting, y si gano dos o tres partidos puedo salir de abajo. Esa es mi mentalidad.
-¿Entiende a la grada cuando se enfada?
-Claro que sí porque llevo toda mi vida así. Cuando fallaba un gol la gente se enfadaba y cuando lo metía todos aplaudían. De entrenador es lo mismo y, al final, la grada, los socios o los aficionados lo sufren, lo viven, se alegran o se ponen tristes. El fútbol no es el teatro. Aquí la gente viene para exaltarse, chillar, es una manera de sacar todo el estrés que mucha gente tiene durante la semana. Por eso lo entiendo. Otra cosa es meterse en situaciones en las que llegas a decir «¿cómo es posible?», pero son cosas que pasan.
-¿Y usted, cuando ve los números del Xerez, se enfada?
Muchísimo. Veo los números y son pocos puntos, pocos goles... Pero eso es así. Ya le digo otra vez que en todos los partidos, excepto en Tenerife, hemos tenido largueros, ocasiones, uys... y algún día caerá de nuestro lado. El otro día el Sevilla tuvo tres o cuatro buenas y nosotros un par, y al final cayó de lado del Sevilla.
-El domingo se reunió con usted el consejero delegado. ¿Eso tranquiliza o pone aún más nervioso? Lo digo porque en el fútbol se habla siempre de que es la antesala del cese.
-El tema de ratificar es simple. Si alguien ratifica es porque falla algo, está claro, y de eso el dicho. Pero, repito, soy consciente de que el crédito que tenemos los entrenadores de los equipos que estamos abajo es mínimo. Se nos acaban las balas y estamos en la recámara, pero eso es así. La situación es difícil, porque lo es, pero los más fríos debemos ser nosotros. No ponernos nerviosos, sino pelear y pelear.
-5-4-1, 5-3-2-1, 4-2-3-1. ¿Sigue defendiendo que en el fútbol el sistemas de juego lo hacen los propios jugadores en el césped o ya ha dado con la tecla?
-Que los jugadores hacen los sistemas eso lo tengo seguro. El día del Sevilla o el segundo tiempo ante Osasuna se vio una actitud muy convencida del equipo, muy tirado hacia adelante y con ganas de decir aquí estoy yo y de ser timoratos en todo. Esa es la sensación que tuve yo, independientemente del sistema. De hecho, jugamos un 4-4-2 y el equipo donde mejor estuvo fue en defensa, para que vea que los sistemas los hacen los futbolistas. No llegamos mucho, pero defensivamente estuvimos bien, con mucho trabajo. El equipo lo primero que debe tener es actitud y convencimiento, y a partir de ahí sólo nos queda jugar al fútbol. En Primera, todos los equipos combaten a morir y después salen las individualidades de cada uno, pero el Xerez ha de tener claro que debemos tener toda la actitud del mundo.
-¿Le molesta que digan que el Xerez ha hecho ahora la pretemporada o es una gran verdad?
-Está claro que ha sido un hándicap importante que jugadores como Orellana o Keita lleguen un 31 de agosto y encima tengan que estar unas tres o cuatro semanas, a parte, con sus selecciones. Eso no es fácil y nosotros entendemos que queremos apretarles más, pero son jugadores que han entrenado poco y que en algunos casos no han jugado partidos de pretemporada. David Prieto, Casado... Son jugadores que han tenido partido y medio de pretemporada y así es difícil que todos tengan un nivel alto. Es una situación natural que tenemos que asumir y que aceptar como viene. Aceptar, que no resignarse, porque debemos entrenar y acelerar todo este proceso.
-Tres derrotas consecutivas. ¿Piensa en la paciencia del directivo?
-Pues no lo sé. Pero sí que sé que estoy pensando en Valladolid, y que después tenemos Pamplona en Copa y el Sporting, unos partidos muy importantes para el futuro del equipo y el mío, lo tengo claro. Sólo pienso en intentar mantener la actitud del equipo y ver si somos capaces de conseguir algo porque es algo de lo que depende el futuro del equipo.
-De no ganar en Valladolid ni en Pamplona, el futuro de Cuco pasa por.
-No lo pienso. Cuando llegue, que llegará, pues lo pensaré. Si lo piensas fríamente puede ocurrir cualquier cosa. Por eso hay que pensar en ganar como sea al Valladolid. Cuando pase el Valladolid, pues pensaré en Osasuna y luego en el Sporting. No puedo estar pensado en si gano o no ante el Valladolid o ante el Sporting, porque así no hay manera.