«Señoría, piense que tengo un hijo enfermo»
El empleado público insistió en su inocencia antes de ir a la cárcel
Actualizado:Se levantó como un hombre libre, aunque con la obligación de acudir a los juzgados a firmar cada quince días, y se acostó como un preso más de la cárcel de Puerto II. Este vuelco en su situación personal se lo debe Clemente R. G. al avance de una investigación policial que le perfila como el principal sospechoso de la salida de más de siete millones de euros de la caja contable del Ayuntamiento. Ayer, antes de ser enviado a prisión, lanzó un último ruego a la jueza: «Señoría, yo no he hecho nada. Piense que tengo mujer y un hijo enfermo», pero de nada le valió.
La investigación no comenzó con buen pie ni para la Policía ni para el fiscal en abril, ya que el mismo día que eran detenidos los dos funcionarios, el Ayuntamiento emitía un comunicado informando del posible desfalco y de los arrestos. Una premura informativa que según indicaron fuentes de la investigación complicó el arranque de unas pesquisas, que los agentes habrían deseado haber acometido en secreto.
Por ese motivo, cuando los dos funcionarios comparecieron por primera vez ante la jueza, apenas habían indicios que apuntaran a una responsabilidad directa de los dos únicos sospechosos. Tanto la instructora como el Ministerio Público sólo contaban con un informe interno del interventor, que ratificaba un desfase mayúsculo contable. La denuncia señalaba a los dos cajeros por ser las personas que tenían acceso directo al dinero, ¿pero eran las únicas?
Plusvalías bajo sospecha
Las semanas fueron pasando y el registro realizado en la inmobiliaria de Clemente R. G. ha podido servir para añadir indicios en su contra. En el auto, la jueza hace referencia a unas supuestas plusvalías que percibió el funcionario por la venta de unos inmuebles, pese a que las operaciones no las hizo él. Un dinero, por tanto, que presuntamente no habría podido ganar por esa línea de negocio.