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Adiós al maestro de la comedia española
Compañeros de profesión, amigos, familiares y admiradores despiden a un actor «completo y único» en la que fue su casa, el Teatro María Guerrero
COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarUna pequeña fotografía en blanco y negro de José Luis López Vázquez joven, sonriendo y vestido con chaqué y la medalla de Oro de las Bellas Artes colocados sobre el féretro con los restos mortales de un actor «completo y único», eran los detalles en los que se fijaban los numerosos admiradores y compañeros que acudieron ayer a despedir al intérprete que mejor representó en la gran y pequeña pantalla al español medio.
José Luis López Vázquez volvió a su casa, al Teatro María Guerrero de Madrid, donde se instaló la capilla ardiente y donde el inolvidable protagonista de Mi querida señorita debutó en 1946 con El anticuario. Pero lo que más llamaba la atención era el hermoso ramo de flores blancas colocado delante del ataúd con la cinta ¡qué disparate!, un guiño de sus tres hijos -José Luis y las gemelas Cayetana y Camino- a la coletilla que, para lo bueno y también para lo malo, siempre decía su progenitor.
«Era una frase que mi padre repetía constantemente», desveló su hijo mayor, quien junto a sus hermanas atendía con amabilidad a los numerosos colegas, amigos, familiares y fans del gran López Vázquez que pasaron por el teatro. Otra fotografía, ésta de grandes dimensiones y en color en la que el desaparecido intérprete madrileño ya era octogenario, dominaba el escenario en el que se colocó el féretro que fue recibido por la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, y Gerardo Vera, el director del Centro Dramático Nacional (CDN), y frente al que desfilaron sus colegas Pepe Sacristán, Concha Velasco, Carmen Sevilla, Jesús Guzmán, Marisa Paredes, Pilar Bardem y Javier Gutiérrez; los cineastas José Luis García Sánchez, José Luis Borau, Pedro Olea y Almodovar; el músico Caco Senante y los artistas Raphael, Massiel y Karina; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que en el Pleno del próximo jueves propondrá que se bautice una calle con el nombre de López Vázquez ; el abogado y ex político Antonio Garrigues Walker; y numerosos ciudadanos de a pie, jóvenes y mayores, que agradecieron al intérprete «todo lo que nos ha dado» y que fuera «el entretenedor de España».
Respeto y admiración
El libro de condolencias se fue llenando poco a poco. Respeto, cariño y admiración en todas las notas, entre las que figuraba la que escribió el hijo de Alberto Closas. «Tenías que hacer la cuarta parte de La gran familia. El Closas te está esperando arriba, dale un saludo de nuestra parte».
Y es que todos los que dijeron adiós a López Vázquez coincidieron en que fue un actor «completo» del que resaltaron su «profesionalidad, dedicación y credibilidad» en todos los roles que encarnó, más de 250, y entre los que salió un claro favorito: el increíble trabajo que hizo en Mi querida señorita de Armiñán.
A su hijo José Luis le costaba contener la emoción. Tras agradecer el respeto con el que se había tratado a su padre, dijo que él sabía que era una figura importante «porque era inteligente. Pero como era tan pudoroso, vergonzoso y tímido, no se daba pisto».
Contó que no se había dejado ver en los últimos meses «porque decía que el público no merecía ser testigo de su deterioro físico, de su decrepitud», y recordó que hace dos meses salió a la calle con Luis Llorente, que está escribiendo sus memorias, y se le acercaron dos señoras maduritas. «Le preguntaron ¿es usted López Vázquez ?, y él contestó que era López Vázquez».
José Luis hijo indicó que su padre tenía un «don» que no había visto en nadie, «sólo en mi admiradoFernán Gómez, su capacidad para crear personajes. Era muy del método, se metía en el despacho horas y horas. Era obsesivo, aunque dependía del director, no utilizaba el mismo método con Ozores que con Berlanga, con el que se sintió pleno», explicó.
No cree que su padre creara escuela. «Se han ido los referentes, gente irremplazable. Los de su generación eran supervivientes de la vida», añadió.
En la misma línea se pronunció Pedro Almodóvar, para quien López Vázquez lo hizo «todo bien»: «Interpretó más de 200 filmes con distintos tonos, características y disfraces maravillosamente y con gran naturalidad. Tenía uno de los registros más amplios que hemos visto en el cine español. El y Férnán Gómez eran superdotados porque abordaron todos los géneros con veracidad. López Vázquez era un modelo de interpretación moderna, mira lo que hizo en Mi querida señorita, para mí su papel más complicado con el físico menos adecuado. Con su muerte se va una estirpe».
Nunca trabajó con él -«ahora sí me saldrían personajes de su edad»-, pero reconoció que cada vez que se vieron en eventos sociales «fue cariñosísimo conmigo y siempre me apoyó. Era un artista, pero sobre todo era un trabajado que se entregó al 100% y con profesionalidad en todo lo que hizo».
Tributo en 'Cine de barrio'
Un homenaje en Cine de barrio que le está preparando Carmen Sevilla, que entró al teatro llorando, es el primero de los tributos que se rendirá a este «genio», cuya desaparición deja a nuestra cinematografía un poco más huérfana. « Se va un trozo importante del cine en España. Era uno de los gigantes que acompañó a millones de españoles a lo largo de su vida. El cine forma parte de los sueños e ilusiones de la gente y el los encarnó con sus risas y gestos», indicó el director del Instituto de Cine, Ignasi Guardans.