La muerte de Francisco Ayala
Actualizado:La muerte de Francisco Ayala, cumplidos los 103 años y cuando todavía disfrutaba de una existencia tan plena que le permitía gozar del sol otoñal en las terrazas de Madrid, mientras saboreaba plácidamente un whisky en compañía de su esposa, pone fin a la excepcional y fructífera trayectoria de uno de los grandes intelectuales del siglo; un símbolo moral y ético de la España reconciliada. Hijo de fusilado, alistado en el bando de los perdedores y condenado al exilio, Ayala fue un adelantado de su tiempo, tocado con la lucidez que iluminó su obra y su vida centenaria. La misma con la que después de abrir sus ojos escrutadores al mundo de entreguerras y reflejar en su obra el temible surgimiento de la Alemania nazi, recorrió América antes de regresar a España, en los años 60, para ejercer su compromiso cívico con la sociedad desgarrada de su tiempo.