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El Sevilla sufre su pase a octavos

Jugó el cuarto de hora final con uno menos, por lesión de Duscher, lo que aprovechó el Stuttgart para empatar (1-1)

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Decía Lehmann en la previa al encuentro que no le merecía ningún respeto el Sevilla . Aseguraba que no conocía a nadie y casi que ni le importaba. Pues bien, el alemán ya tiene alguien con quien soñar en la plácida noche sevillana: Jesús Navas. El niño se hace mayor a base de genialidades, jugadas personales, partidos y, sobre todo, goles. El palaciego fue el encargado de abrir el marcador tras una jugada trenzada a la perfección por sus compañeros. Era el día en el que cumplía 46 partidos en Europa con su equipo y se convertía en el sevillista con más encuentros en el viejo continente. Como regalo Jiménez le dio el brazalete de capitán.

Fue importante el tanto del veloz extremo andaluz. Los de Nervión salieron al césped entre dormidos y enfriados por el clima de la capital hispalense. La bajada nocturna de la temperatura no sentó bien a los del sur. El Stuttgart gozó de las mejores, aunque pocas, ocasiones de la primera mitad. Cuando llegaban, ahí estaba Varas. Merecido premio de la titularidad para el canterano a pesar de la recuperación de Palop. El Sevilla llegaba poco. Luis Fabiano y Diego Capel se bastaban ellos solos para complicar a sus defensores. El partido a cada minuto que se consumía era más tétrico. Algo, que en definitiva, favorecía a los locales.

Problemas en la segunda parte

Quizá en los vestuarios los hombres de Manolo Jiménez se equivocaron y cogieron el aire acondicionado en vez la calefacción. Porque salieron aún más fríos, como si el partido no fuera con ellos. Eso lo aprovechó el equipo alemán para dar el toque de corneta y crear ocasiones. Una tras otra. Pero todas acababan en el muro infranqueable de la zaga rojiblanca. Hasta que llegó la mala suerte.

Duscher, recién incorporado, se lesionó. El Sevilla ya había hecho los tres cambios y tuvo que jugar un cuarto de hora con uno menos. El Stuttgart despertó aprovechando la mala suerte de su contrincante. Y más lo hizo Kuzmanovic, quien de un disparo espectacular puso las tablas. Un jarro de agua aún más fría para el seguidor nervionense. Pero la realidad es que se lo merecían los germanos. Los hispalenses estuvieron ausentes todo el encuentro.

Luis Fabiano vagaba como alma en pena y Negredo sólo buscaba el lucimiento personal. A pesar de todo se logró el empate, la clasificación y casi se garantizó el liderato.