CALLE PORVERA

Mis dudas

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Mira que es bonito el proyecto del tranvía para Jerez. Además de que es una opción de futuro, supone también volver un poco al pasado, a aquellos tranvías que utilizaban las bodegas jerezanas cuando eran ellas las que manejaban el cotarro económico de la ciudad.

Cuando lo inauguren, seguro que soy de las primeras en montarme en un flamante vagón con el que pueda cruzar la ciudad de una punta a otra, de Hipercor hasta el hospital en un tiempo más que razonable pero tengo que confesar que me asaltan las dudas cada vez que oigo noticias sobre el tranvía.

La primera de ellas surge al ver que los comerciantes y el Ayuntamiento tienen opiniones distintas sobre el recorrido: que si una calle u otra, que si llegar al mismísimo corazón de la ciudad o utilizar lanzaderas. Como no estemos todos de acuerdo, el tranvía puede nacer con deficiencias congénitas que pueden complicar su crecimiento.

También tengo dudas sobre la utilidad de este modo de transporte en Jerez, una ciudad en la que una plataforma ciudadana está pidiendo más aparcamientos para el hospital y que no va a disponer hasta dentro de unos meses de un carril bici en condiciones. O sea, los jerezanos pensamos todavía en cuatro ruedas por muy gran ciudad que decimos ser. Lo cierto es que la actual red de transporte público tampoco es que nos haya hecho parte de la tarea. Es misión casi imposible desplazarse en autobús los festivos o imaginar siquiera, de momento, que pongan en servicio autobuses búho para que no haya que dejarse los cuartos en taxis los fines de semana para volver a casa.

A lo mejor el tranvía es el elemento que nos incentiva a dejar el coche en el garaje, pero no sé, tengo yo mis dudas.