El PSOE no rentabiliza las crisis de los populares en Madrid y Valencia
Los socialistas, sin alternativa creíble, son incapaces de crecer a costa de las flaquezas del PP
MADRIDActualizado:Ni con el Partido Popular embarrado hasta las cejas en guerras intestinas y escándalos de corrupción encuentra el PSOE el modo de apuntalar una alternativa creíble en Madrid y Valencia, sus dos plazas más adversas desde hace al menos tres lustros. La ilusión generada por la renovación de los liderazgos el pasado año se ha consumido poco a poco. Al secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, no le conoce en su tierra ni el 20% del electorado. El que fuera el alcalde más votado de Parla y de España, Tomás Gómez, apenas concita ya entusiasmo en la ejecutiva federal. Todo ello contribuye a unas expectativas de voto poco alentadoras. Las encuestas internas del PSOE otorgan al PP dos puntos de ventaja en unas hipotéticas elecciones generales. Son siete décimas menos que en la última oleada, pero aún una distancia considerable.
La trifulca entre aguirristas, gallardonistas y marianistas a cuenta de los nombramientos en Caja Madrid abre, a ojos de algunos dirigentes del partido, una nueva oportunidad para crecer en Madrid. Aseguran que los sondeos que maneja el vicesecretario general, José Blanco, evidencian que el principal partido de la oposición se resiente más de las divisiones internas que de la trama Gürtel. Aunque también admiten que la corrupción retrae más a sus electores que a los del PP, parta de donde parta.
El caso es que la fe en las habilidades de Gómez y Alarte para rentabilizar la situación es limitada. Los pésimos resultados cosechados en estas dos comunidades durante las europeas del 7 de junio dan prueba de lo verdes que están las cosas. Tras la debacle, la secretaria de Organización del partido, Leire Pajín, anunció sendos planes estratégicos de los que no se ha vuelto a oír a hablar. Los hombres del secretario general del PSPV afirman que, de momento, no hay nada. Pero Alarte se ha lanzado por su cuenta y riesgo a una campaña puerta a puerta por todos los pueblos de la comunidad para darse a conocer.
En la dirección federal confiesan que no tiene nada que hacer en las próximas autonómicas. Pero esa puede ser, paradójicamente, su tabla de salvación; al menos, si de Blanco y sus afines depende. El vicesecretario general es partidario de que en Valencia se haga una apuesta a largo plazo. ¿Madrid? Es otra cuestión. «La diferencia es que en Valencia no se ven opciones de ganar sea quien sea el candidato, mientras que en Madrid sí», afirman fuentes cercanas al vicesecretario general. Que Gómez no tenía el beneplácito del número dos del PSOE para ser cabeza de cartel ya quedó claro el pasado 1 de octubre durante una comida-coloquio del Foro Europa en la que se negó a dar por buena su candidatura.
El secretario regional pretendió asegurar su nombramiento como futuro aspirante a la presidencia de la Comunidad con un órdago a la dirección para que se hiciera una excepción en su caso, y en el del candidato a la alcaldía de Madrid, y se le designara este mismo otoño. No hubo suerte. Zapatero no quiere que se hable de candidatos ni elecciones hasta pasada la presidencia de turno de la UE, el primer semestre de 2010. Fuentes de La Moncloa y de la vicepresidencia tercera del Gobierno aseguran, no obstante, que Gómez todavía goza de la confianza del líder supremo. Pero su posición en la batalla por Caja Madrid y su pasividad ante el intento de Esperanza Aguirre de colocar a su número dos en la presidencia de la entidad financiera han dado buenos argumentos a sus detractores.
La incapacidad para remontar el vuelo en dos plazas que antaño -durante los ochenta y primeros de los noventa- fueron auténticos feudos socialistas no es menor. Mientras la posición del PSOE en Andalucía y Cataluña ha sido hegemónica había un colchón. Pero las cosas están empezando a cambiar.