Higuaín revive al Madrid en tres minutos mágicos
El equipo blanco, que jugó con 10 casi todo el partido, tumbó al Getafe con sus dos goles La expulsión de Raúl Albiol unió a los jugadores y la afición en busca de la victoria
COLPISA. MADRDI Actualizado: GuardarEl Real Madrid ofreció ayer la imagen opuesta a la de Alcorcón. Donde hubo humillación y vergüenza surgió orgullo y casta. Ante la adversidad de jugar con un jugador menos casi todo el partido, los blancos tiraron de garra para imponerse al Getafe. El gran protagonista fue un jugador minusvalorado, pero que demostró una vez más su clase y resolución: Higuaín. Pellegrini apostó por el argentino en detrimento de Raúl y el pipita no le defraudó. En tres minutos mágicos resolvió el partido.
Quizás el público del Bernabéu y el propio Getafe se esperaban una salida en tromba del Real Madrid para resarcirse de la goleada copera, reivindicarse ante su afición y de paso, salvar la cabeza de su entrenador. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Los blancos no se hicieron con el control del partido y los pupilos de Míchel crecieron en su juego. Sin juego colectivo, Xabi Alonso estaba desaparecido y el poder ofensivo blanco se basaba en las individualidades de Kaká o Benzema. El delantero francés, ofuscado con el gol, erró todo lo posible y más.
El Getafe, con tres ex madridistas sobre el campo -Torres, Parejo y Soldado- se hizo dueño de la pelota. Al Madrid le costaba un mundo crear peligro debido a una espesa circulación de balón. Los primeros pitos sonaban en el Bernabéu. Se mascaba la tragedia.
Pero justo, cuando los fantasmas de Alcorcón se hacían más patentes y amenazaban con revolucionar a la grada, apareció el árbitro Mateu Lahoz, y expulsó a Albiol. Era el minuto 27 y el central blanco agarró claramente a Soldado cuando el delantero intentaba controlar, de espaldas, un balón. Era el último hombre y el colegiado no lo dudó: Roja directa. Paradójicamente, la rigurosísima expulsión supuso el hundimiento del Getafe y el resurgimiento del Madrid. La comunión perfecta entre público y jugadores relanzó al equipo. La afición se volcó con sus futbolistas animando cada carrera y pugna por el balón.
Casillas evitó el tanto de Soldado al filo del descanso. Fue la última oportunidad de los visitantes de sacar algo positivo del Bernabéu. Tras la reanudación el Getafe desapareció. El Real Madrid jugó sin miedo, sin pensar en su delicada situación, sin acordarse de su inferioridad numérica, es decir, como se espera que lo haga el club más laureado de Europa. Higuaín aprovechó la primera oportunidad que tuvo para batir a Ustari de un zurdazo dentro del área. Tres minutos después, el internacional albiceleste culminaba un contragolpe bien llevado por Benzema y con un tiro cruzado, lograba el segundo, provocaba el júbilo en el público.
El resto del partido sirvió para que los blancos se reconciliaran con su afición y recobraran la moral.