Una obra colectiva sobre la Monarquía se alza con el Premio Nacional de Historia
El trabajo, compuesto por tres volúmenes, ha sido coordinado por el catedrático José Antonio Escudero
MADRID Actualizado: GuardarEl trabajo colectivo El Rey. Historia de la Monarquía (Planeta, tres volúmenes), en el que han participado más de treinta profesores y catedráticos, se ha alzado con el Premio Nacional de Historia, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 20.000 euros.
En los tres tomos de esta exhaustiva obra, que ha sido coordinada por el catedrático de Historia José Antonio Escudero, se analiza la institución monárquica desde los reyes Godos hasta los Borbones, basándose en documentos de decenas de archivos y en el bagaje jurídico e historiográfico de los diferentes colaboradores.
Es la tercera vez que José Antonio Escudero (Barbastro, Huesca, 1936) obtiene el Nacional de Historia. Lo ganó en 1969 por Los secretarios de Estado y del despacho (1474-1724), y repitió en 1979 con Los orígenes del Consejo de Ministros en España.
«Es un estudio de la institución, no de los reyes», precisó el coordinador de la obra. «Los reyes lo pueden hacer mejor o peor, pero el peso de la Corona, su importancia, radica en su significado, y esto es lo que intentamos explicar en estas páginas». En los tres volúmenes -el primero dedica la portada a Felipe II, el segundo a Carlos III y el último al rey Juan Carlos- se analizan las funciones del monarca desde su nacimiento hasta la muerte.
«Es muy interesante observar cómo varía la educación de Heredero en los distintas fases de la historia, unos cambios que te están indicando cómo evoluciona la mentalidad del propio país», explicó Escudero, quien fue senador por Huesca en la primera legislatura y posteriormente eurodiputado con el CDS (Centro Democrático y Social) y con el Partido Popular.
Ley de sucesión
«Recuerdo que cuando era senador debatimos la ley de sucesión monárquica, si era conveniencia o no dar prioridad al varón sobre la mujer; pues bien: el único que defendió la igualdad fue Villar Mir, los demás decían que no, que era mejor un hombre», señala. «Ahora, una cosa así, sería impensable».