«Vas a ser la próxima víctima de violencia de género»
Un hombre es condenado a 13 años de cárcel por violar, insultar y amenazar a su esposa El tribunal rebaja la pena que pedía el fiscal, alegando que la mujer no sufrió maltrato
CÁDIZActualizado:Era tan cínico, que amenazó a su esposa con denunciarla para quitarle la custodia de sus hijos si lo denunciaba. Y que sería la siguiente mujer en salir en los informativos por haber muerto a manos de su marido.
Así se lo hizo saber: «Vas a ser la próxima víctima de violencia doméstica; no me hace falta tocarte, me basta con empujarte por la ventana», le espetó a su esposa una noche más de agresiones y vejaciones. La última, en la que su esposa decidió al fin denunciarle.
El tribunal de la Sección Tercera la Audiencia Provincial de Cádiz, ha condenado finalmente a este vecino de Cádiz de 35 años de edad -llamado Alberto B. F.-, a trece años años y nueve meses de prisión por maltratar, vejar, amenazar e incluso violar a su esposa de forma continuada.
Aunque la denuncia de la víctima se refería a dos agresiones sexuales muy concretas, cometidas a comienzos de septiembre de 2007, el tribunal considera probado que el condenado es autor de un delito «continuado» de agresión sexual.
La Fiscalía y el abogado de la víctima le acusaron además, de toda una ristra de delitos y faltas: por violencias física y psíquica habituales, por vejaciones, por violaciones y por amenazas graves. De hecho, la sentencia recoge cómo, además de forzar a la mujer, la llamaba «guarra» y le decía que «no valía para nada».
Una atmósfera irrespirable
El tribunal, sin embargo, ha reducido considerablemente la pena de 18 años de prisión que tanto el fiscal como la acusación particular solicitaron para el acusado. Y es que los magistrados estiman que el agresor no cometió un delito de maltrato habitual: «No se infiere que la víctima viviera en un clima de agresión permanente, o en una atmósfera irrespirable». A pesar de que, como reconoce el tribunal, la mujer declaró en el juicio que «desde 2006 la maltrataba, insultaba y empujaba».
Por si fuera poco, el condenado cometió un nuevo delito durante el proceso judicial, al intentar coaccionar a la víctima para que retirase la denuncia.
Según recoge la sentencia, el condenado llegó a recurrir al chantaje psicológico y económico, utilizando para ello a los hijos que ambos tenían en común. De hecho, amenazó a su ex mujer -se separaron poco después de la denuncia- con no pagar la manutención de los pequeños. Por ejemplo, en un mensaje que le envió al móvil, le advertía: «De momento no puedo mandarte nada de dinero, me juego 10 años de cárcel, cuando sepas lo k bas a hacer m avisas» (sic).
Chantaje emocional
Además, el condenado la amenazaba por teléfono con denunciarla por haber maltratado supuestamente a los niños. «Te vas a enterar», le espetó por teléfono.
La presión psicológica y el clima de tensión provocó en la víctima «un trastorno por estrés postramuático crónico» que corroboraron durante el juicio los distintos peritos y forenses. Estos informes han sostenido, de hecho, gran parte de la condena. Aunque la prueba fundamental fue el propio testimonio de la víctima ante el tribunal.
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