Estados Unidos sufre 14 bajas en dos siniestros aéreos en Afganistán
ENVIADO ESPECIAL. HERATActualizado:Estados Unidos sufrió ayer catorce bajas más en Afganistán. No fueron por fuego enemigo ni a causa de artefactos explosivos improvisados: esta vez se debió a accidentes aéreos. El aumento de tropas ha provocado el incremento de su traslado en helicóptero y ayer fue una jornada negra.
En un choque entre dos aeronaves en pleno vuelo, al menos cuatro militares perdieron la vida en Helmand. En un segundo accidente, otro aparato, «por causas que se desconocen», según la Isaf, sufrió un percance y diez personas perdieron la vida, entre ellos siete soldados y tres civiles expertos en la lucha antidroga. Todos eran de origen estadounidense y el siniestro ocurrió en la provincia bajo competencia española de Badghis.
Los talibanes reivindicaron el derribo, extremo que negaron las fuerzas internacionales. Se trata de la mayor tragedia de este tipo que sufren las fuerzas del Pentágono, desde que en 2005 dieciséis miembros de los cuerpos especiales murieran tras ser abatido un Chinook por los insurgentes.
El segundo helicóptero siniestrado regresaba de realizar una operación contra el tráfico de estupefacientes en la que «al menos doce insurgentes perdieron la vida en diferentes combates», según el comunicado oficial. Los medios afganos elevaron a veinticinco los guerrilleros que perdieron la vida.
El coronel Wayne Shanks, portavoz de la Isaf, señaló que «lo sucedido subraya el riesgo que nuestras fuerzas y las de nuestros aliados afrontan cada día».
Se acerca el 7 de noviembre, y todo sigue en el aire. Abdalá Abdalá exigió ayer la destitución del responsable de la Comisión Electoral Independiente, Azizulá Lodin, y la suspensión temporal de los ministros de Interior, Educación y Asuntos Tribales por su presunta vinculación con el fraude en la primera ronda. El rival de Hamid Karzai acusó a Lodin de «no tener credibilidad» y dio de margen hasta el sábado para conocer la respuesta de las autoridades a sus solicitudes.
Aunque no adelantó qué hará si no se cumplen estas exigencias, algunos colaboradores cercanos aseguraron que Abdalá podría incluso llegar a boicotear los comicios. No están previstos mítines, ni viajes a las provincias «por falta de tiempo».