La pérdida de audición de Francisco

Una de las razones por las que el único acusado por el crimen de María Juana López se acogió a su derecho de no declarar ante la acusación y la Fiscalía son sus «problemas de audición». Mientras la magistrada le pedía que estuviera atento y le recriminaba que si también era «mudo», Francisco insistía en que no se enteraba de nada: «Sólo oigo un ruido». Asimismo, hacía aspavientos para demostrar que no entendía lo que se le estaba diciendo.

La magistrada interpretó que se acogía a su derecho de no declarar y sólo respondió a las preguntas de su abogado, del que se situó a una mínima distancia mientras éste elevaba la voz.