Trágico derrumbe con siete muertos
Tres familias quedan atrapadas bajo 120 toneladas de escombros en un edificio de Palma con grandes grietas
PALMA DE MALLORCAActualizado:Sólo se oyó un crujido seco y, de repente, todo el inmueble se vino abajo. «Cayó a plomo», aseguró una testigo del accidente. Al cierre de esta edición, los equipos de rescate habían recuperado a siete cadáveres del interior del edificio, un bloque de cuatro alturas situado en la zona del ensanche de Palma de Mallorca.
El siniestro, cuyas causas aún se desconocen, atrapó bajo más de 120 toneladas de escombros a familias enteras. De hecho, los fallecidos son un matrimonio de unos 60 años; un padre y su hija, de 16 años, y una mujer, su hijo y el yerno. Otras cuatro personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, y más de medio centenar de vecinos fueron desalojados por precaución. Anoche, los bomberos aún retiraban cascotes a mano, ante la posibilidad de que dentro hubiese supervivientes.
Eran casi las once y veinte de la noche cuando un vecino alertó a la Policía local de lo ocurrido en un inmueble situado en la calle Rodríguez Arias. En un primer momento, el desconcierto reinó en la zona: los vecinos se echaron a la calle, presos del pánico, mientras las dotaciones de los bomberos se encontraban con grandes dificultades para maniobrar entre las angostas callejuelas, con varios coches mal aparcados.
Entretanto, los propios vecinos se apresuraron a retirar con sus manos los escombros. «No hubo gritos, pero dentro tenía que haber gente seguro», apuntaba el propietario de un bar cercano. Los servicios de emergencias y los bomberos descartaron desde el principio el uso de excavadoras; las labores de desescombro se desarrollaron de la forma más delicada posible, con perros adiestrados. La máquina sólo se utilizó para retirar cascotes que ya habían sido revisados.
Una hora después de ocurrir el desplome, los equipos de rescate localizaban el cadáver de la primera víctima mortal, una mujer. Al poco rato, la milagrosa aparición de tres supervivientes -dos de ellos heridos leves y otro grave- dejaba lugar a la esperanza y daba fuerzas a los casi 200 miembros del operativo de rescate.
Cada cierto tiempo, los detenían las tareas y afinaban el oído para escuchar posibles llamadas de auxilio de debajo de los escombros. Pero ya no hubo más buenas noticias. Poco después de las tres de la madrugada aparecían tres cadáveres más. Hasta el mediodía no fue recuperado el quinto cadáver y los dos últimos aparecieron sobre las tres de la tarde.
Una menor
Entre las víctimas mortales se halla un hombre y su hija, de unos 16 años, que vivían en el segundo piso. La madre resultó herida de gravedad, aunque no se teme por su vida. La hermana mayor salvó la vida porque está afincada en Barcelona por motivos de estudio.
En el primer piso del edificio residía una familia de origen colombiano, de la que han muerto dos hombres de unos treinta años, que según fuentes vecinales eran cuñados, así como la madre de uno de ellos, cuya edad no se conoce de momento. El otro herido grave, un hombre de unos 70 años es un vecino que residía en una casa contigua, de planta baja. Las causas aún no se conocen. Descartado el escape de gas, la investigación se centra en un fallo estructural del inmueble, que sólo tenía 50 años de antigüedad y no estaba obligado a pasar inspecciones. Los vecinos aseguran, sin embargo, que la fachada presentaba numerosas «grietas en las que cabía una cabeza», tal era la magnitud de la degradación del inmueble.