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Por la Gracia del Cerro
La festividad de los copatronos reunió a más de diez mil personas en una jornada de campo La Asociación Hípica destacó por su implicación y su acogida por los más pequeños
SAN FERNANDO Actualizado: GuardarLa silla de la playa y la sombrilla al hombro, en la nevera las fiambreras y la tortilla de patatas. La imagen podría ser la misma que la de un día de playa, pero en esta ocasión los preparativos se hicieron para pasar una larga jornada en el campo, justo en El Cerro de los Mártires.
Cientos de ciudadanos aprovecharon ayer el buen tiempo para disfrutar de las actividades organizadas para celebrar la festividad de los copatronos de la ciudad, San Servando y San Germán. Los preparativos realizados por el medio centenar de socios de la Asociación Hípica que participaron en la Romería desde la Parroquia del Buen Pastor hasta la Ermita de El Cerro, fueron muy diferentes, ya que por tercer año consecutivo volvieron a tener gran parte del peso de la programación de actividades. Desde antes de las 10.00 horas comenzaron a dar forma a una cabalgata ecuestre en la que participaron caballistas, charrés y carruajes, que estuvo acompañada además de por los vecinos, por el Coro Mariano Virgen del Carmen de la Peña Cultural Flamenca Los Catavinos.
Durante el recorrido, lleno de cánticos y llevando por bandera las imágenes de San Servando y San Germán, realizaron dos ofrendas florales. Una la hizo la Asociación de Vecinos Almadraba y otra la de Gallineras-Casas Blancas.
Las gran novedad de este año fue vivida intensamente por los devotos. Las parihuelas de los copatronos se cargaron en brazos para subir hasta la Ermita y saludar a la Virgen del Carmen, que el día anterior había salido en procesión desde el Muelle de Gallineras hasta la parte más alta de El Cerro.
Al mediodía, el rezo del Ángelus y la Santa Misa fueron fieles a su cita de todos los años, oficiada por el padre Fernando Cordero Morales, a un hora en la que comenzaban a llegar progresivamente cada vez más personas al recinto. Y es que las actividades no faltaron tampoco en la calurosa jornada para distraer a adultos y niños.
El circuito de ponis volvió a hacer las delicias de los más pequeños que hicieron cola, sin dudarlo, para montar en uno de los ejemplares de los socios voluntarios de la asociación ecuestres de la ciudad. La exhibición de doma y las carreras de cintas de caballos, también a su cargo, despertaron la curiosidad de muchos ajenos al mundo del equino.
No faltaron los talleres infantiles y volvió a instalarse el circuito de mini-golf. Junto a los diferentes puestos de comida y chucherías variadas la sombra de los árboles se sorteaba hasta entradas ya las siete. Los copatrones, que por sus actos heroicos recibieron del Señor la Gracia de hacer milagros que utilizaban para acreditar la doctrina de Cristo, volvieron al Buen Pastor, y El Cerro volvió a cerrar sus puertas con un cielo enrojecido que ponía punto y final a la jornada.