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Uruguay se jacta en las urnas de los avances de su democracia

El izquierdista José Mujica aspiraba a lograr en las presidenciales el triunfo que le daban los sondeos electorales

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Con absoluta normalidad y en clima casi festivo, los uruguayos votaron ayer para elegir presidente y renovar el Parlamento en su totalidad. Las últimas encuestas vaticinaban el triunfo del candidato oficialista José Mujica, un ex líder guerrillero de 74 años. Pero si no alcanza la mayoría absoluta habrá segunda vuelta el próximo 29 de noviembre. Para el presidente centroizquierdista Tabaré Vázquez, que deja el cargo con una popularidad de 64 %, la jornada electoral fue «una fiesta para el pueblo uruguayo». El mandatario calificó la campaña de «ejemplar» y destacó la «tranquilidad y el entusiasmo» de los asistentes a las urnas.

En Montevideo, la capital, los uruguayos decoraron los frentes de sus viviendas con banderas de los principales partidos en pugna y muchos llevaron esas insignias a la rambla, el paseo peatonal que mira hacia las costas del Río de la Plata.

Mujica, abanderado de la coalición gubernamental Frente Amplio, parecía muy confiado en obtener el 50 % más uno de los sufragios a pesar de que los sondeos le adjudicaban una intención de voto de entre el 46 y 49 %. «No tengo ansiedad, ni estoy nervioso, ni nada», aseguró el ex guerrillero y contó que al igual que todos los días tomó mate, la típica infusión que beben los uruguayos varias veces al día.

Emulando ese estilo campechano, su principal rival, el centroderechista Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, convidó a los periodistas a unas galletas que había preparado su nieto de cinco años. Según los sondeos, Lacalle tiene una intención de voto de entre el 27 y 32 %, pero se ilusiona con pasar a una segunda vuelta y recoger las adhesiones de la tercera fuerza: el conservador Partido Colorado, liderado por Pedro Bordaberry, que podría haber tenido entre el 12 y el 16 % de los votos. «Es el momento de sentir mariposas en el estómago», confesó Lacalle, de 68 años, que ya fue presidente en la década de los 90.

Las expresiones de los candidatos mostraron la cara más auténtica de este pequeño país latinoamericano de 3,3 millones de habitantes. Pacíficos, educados, respetuosos de las normas, los uruguayos se jactan de tener una de las democracias más avanzadas de la región.

Además de elegir presidente, los votantes renovaron por completo el Parlamento, compuesto por 30 senadores y 99 diputados. Y celebraron dos plebiscitos. En uno se decidía la anulación o no de la ley de amnistía para los militares represores de la dictadura (1973-85) y en otro la sanción de un régimen de votación por correo para el medio millón de uruguayos que residen en el extranjero. Ayer se calcula que más de 25.000 uruguayos viajaron desde Argentina para cumplir con su obligación ciudadana.