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Pilar asegura que el boca a boca es la mejor carta de presentación con la que cuenta la compañía. / ROMÁN RÍOS
BIOGRAFÍA

Determinación para triunfar

Esta empresaria puso todo su empeño en un negocio de asistencia a domicilio tras años fuera del mercado laboral

J. LÓPEZ
CÁDIZActualizado:

«Siempre tuve el gusanillo de montar una empresa». Pilar Castro explica así su actual actividad de emprendedora. La vida la llevó previamente por otros derroteros, pero su empeño y su visión de un nicho de negocio en el mercado laboral de El Puerto la animaron a poner en marcha su proyecto empresarial. La firma se llama Personas y se dedica a la asistencia a domicilio. Y no sólo para personas dependientes, entre sus clientes -la mayoría de edad avanzada- también cuenta con los que demandan tan sólo un servicio de acompañamiento para ir al cine, al bingo o de paseo.

«La compañía se llama Personas porque nuestro objetivo es dar un servicio muy personal, que exista una buena relación entre el cliente y el empleado que le asiste», explica Pilar. A lo que añade: «Queremos ser una segunda familia para nuestros clientes». Recuerda que tras casarse y tener hijos, su vida laboral «quedó anulada». Colaboraba en la empresa que dirigía su marido, aunque lo consideraba más como «echar una mano» que como una actividad laboral. Pasaron los años y el gusanillo por montar un negocio nunca se apaciguó.

«No sirvo para estar sentada», corrobora. Partió de una experiencia personal en la que tenía a su cuidado a un familiar. «Vi claro que existía esta necesidad en el mercado», apunta. Puso toda su determinación en ser empresaria para que la firma saliera adelante, como así fue. Funciona desde hace doce años.

Acompañamiento

Entre sus servicios iniciales figuraba el de acompañamiento. Las personas mayores acostumbran a retirar la pensión del banco en los primeros días del mes y alguien que fuera con ellos servía para desanimar a posibles atracadores. «Muchos sólo quieren un poco de compañía para ir al cine o al bingo, son personas que buscan aumentar su calidad de vida con una compañía con la que conversar», explica la emprendedora. La empresa también presta asistencia doméstica y física para personas dependientes. Toda la carga de trabajo que reciben llega por medios privados. Pilar señala que en la actualidad está trabajando para obtener conciertos con las administraciones públicas para dar ayuda a dependientes sufragada por los servicios sociales para el público con menos recursos económicos.

La recesión ha hecho mella en este sector como en cualquier otro ámbito de negocio. «Hemos perdido muchos clientes por la crisis; los familiares del cliente que se hacían cargo de la factura han perdido su empleo y ya no pueden permitirse este servicio», explica. Sin embargo, la empresa -y con ella, Pilar- tiene presente la satisfacción de los logros realizados: el agradecimiento del cliente que está contento con el trato que recibe. «Me alegra que valoren el servicio que reciben por nuestra parte, pero es aún mejor cuando dejan de necesitarnos porque ha mejorado; va contra el interés de la empresa, pero siempre es una buena noticia», confirma. En la relación de esta compañía con sus usuarios es habitual que se creen lazos de amistad a causa del especial servicio que presta. Próximamente, planea aumentar esos lazos en poblaciones cercanas con la ampliación del mercado al que se dirigen.