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Yelena Isinbayeba, reina del 'glamour' en Oviedo
Fue un gran día para la atleta rusa, que se entregó enfundada en un lujoso vestido
OVIEDO Actualizado: GuardarLo dijo la Reina y no hay más que hablar. Yelena Isinayeba subió al escenario del Campoamor, reverenció ante Doña Sofía y ésta se volvió enseguida a uno de sus acompañantes en el palco para exteriorizar lo que todos pensaban. «¡Qué guapa!», se la oyó comentar. Veredicto unánime, además.
Era un gran día para ella y la pertiguista rusa lo dio todo. Se enfundó en un traje de noche -raro aquí- color nude con volantes, pedrería y encajes. Impresionante escote dorsal y aún más tremenda la musculatura posterior -que exhibió para entusiasmo de los cámaras y fotógrafos-. Diamantes en las orejas y más brillos en las sandalias. Otra se hubiese suicidado con semejante zarzuela, pero a la zarina voladora, 27 récords del mundo, se la vio estupenda. Al fin y al cabo, ella misma admitió horas antes ante la prensa haber contribuido a dar glamour al salto con pértiga. Y, más aún, que «llevar el pelo perfecto» en plena competición es importante para ella. Se preveía un duelo de princesas -dijo sentirse como «una princesa de cuento»- pero no hubo color. Doña Letizia, de negro, lentejuelas a tono y tacones a media asta, brilló menos. La Reina, como siempre, estupenda en tonos morados. Esta vez se trajo como invitada personal a la princesa Alia de Jordania, hermana del rey Abdalá, de viaje privado por España estos días.
En fin, que Isinbayeba iluminó una edición un tanto grisácea. Martin Cooper, padre del teléfono móvil, y míster arroba Ray Tomlinson, creador del correo electrónico, ambos galardonados con el Príncipe de Investigación Científica y Técnica, amagaron con unos bailes al son de la gaita. A Norman Foster, acompañado de su mujer, Elena Ochoa, apenas se le vio. Llegó en su jet privado horas antes de la ceremonia y se fue nada más terminar. Para el recuerdo quedan sus impresionantes reverencias ante Doña Sofía y los Príncipes. Tampoco desmereció a sus 82 años y con problemas evidentes de cadera, el naturalista David Attenborough. Es lo que tiene ser británicos y sires, ambos.
Tres ministros representaron al Gobierno; Trinidad Jiménez, de Sanidad, Ángeles González Sinde, de Cultura, y Ángel Gabilondo, titular de Educación. Asistieron además, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, y habituales como Miguel Ángel Revilla, presidente vecino de Cantabria, y Manuel Fraga.