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Mario Vargas Llosa alabó la obra de Juan Carlos Onetti y deseó que el premio sirva para que se conozca más. /CRISTÓBAL
Sociedad

Vargas Llosa reivindica el valor del ensayo al recoger su premio

El escritor peruano, que recibió ayer el reconocimiento de la Fundación Caballero Bonald, defendió la obra de Juan Carlos Onetti

VIRGINIA MONTERO
JEREZActualizado:

A las diez y media de la mañana, como un clavo, estaba Mario Vargas Llosa en los Museos de La Atalaya para asistir a las conferencias que precedían la entrega de su premio, el Internacional de Ensayo Caballero Bonald. El escritor peruano aprovechó su intervención para reivindicar el valor del ensayo como género literario y de iniciativas como la de la Fundación Caballero Bonald que «es magnífica», según el escritor.

«Recibir este premio ha sido una gran sorpresa, un gran honor y un gran estímulo. Pero más importante que todo eso es que un escritor como Juan Carlos Onetti, uno de los mejores escritores de nuestra lengua como cuentista y novelista, recibe un espaldarazo. Tanto el jurado como yo esperamos que este premio sirva para promover un poco la obra de Onetti entre los lectores que no lo han leído suficientemente. Él va a pasar el examen terrible del tiempo y seguirá ganando lectores», aseguró Vargas Llosa. «Estoy profundamente conmovido por este reconocimiento», añadió el autor de El viaje a la ficción: el mundo de Juan Carlos Onetti.

Según el peruano, «entre los escritores modernos de nuestra lengua, Onetti es quizás el que ha sido menos leído y reconocido. Yo también espero que este premio contribuya a que haga más reconocida y conocida la obra de Onetti».

Género minoritario

«El ensayo se ha convertido en un género bastante minoritario y, precisamente por falta de estímulos, no llega a grandes públicos. Eso hace que los editores lo vean con cierta reticencia», aseguró el autor de La fiesta del chivo. La necesidad de una guía que «discrimine y establezca jerarquías, separe lo importante de lo transitorio y superficial» es una de las razones para luchar por el mantenimiento del ensayo. «El ensayo puede ser también un género creativo y en español tenemos ejemplos notabilísimos como Ortega y Gasset, Borges, Octavio Paz y Azorín». Para el galardonado, «sería una pena que el ensayo se convirtiera en un género de catacumbas, algo que podría ocurrir si sigue ese proceso que lo ha ido empujando a los márgenes de la literatura».

Sobre el libro premiado, el escritor destacó que lo hizo «por admiración, amistad y gratitud hacia Onetti, porque me ha hecho disfrutar, me ha turbado e inquietado». Recordó que «quienes conocieron a Onetti se llevaron la impresión de que había una disonancia entre ese hombre tímido, que parecía derrotado y vulnerable, y que hubiera sido capaz de escribir una obra tan compleja y profunda. Al escribir se transformaba en una especie de mártir, sin censura».

Entre amigos se sintió Vargas Llosa con José Manuel Caballero Bonald y Jorge Edwards, que era la «sorpresa» que habían preparado para el acto de ayer. «Que el este Premio Internacional de Ensayo haya recaído en Vargas Llosa acrecienta el prestigio del galardón y me enorgullece», dijo José Manuel Caballero Bonald, que recordó su primer contacto con Vargas Llosa en Barcelona, cuando acababa de publicar la archiconocida La ciudad y los perros. «Ha publicado textos para el conocimiento integral de autores como Borges, Flaubert o García Márquez. En esta obra hace una reflexión del carácter social y simbólico de los contadores de historias», continuó.

Por su parte, Jorge Edwards destacó «la capacidad lectora de Vargas Llosa» así como su «pensamiento literario». Según el chileno, el libro premiado «vuelve a los orígenes casi prehistóricos de la creación literaria, que vienen de la necesidad humana de narrar y contar».