La 'mili'
Cádiz Actualizado: GuardarNo es mi intención determinar qué partido político fue el que propuso suprimir la mili, aunque es de todos bien conocido su autoría y su causa efecto, pero lo que sí quiero es, hacer una reflexión de si fue una oferta acertada, no desde la perspectiva electoral, que sí que lo fue, me refiero a otro aspecto y concretamente al de la educación en sentido amplio, para algunos jóvenes.
Es bien sabido, que con la mili (milicia, o servicio militar) los jóvenes invertían un tiempo de su vida considerado por muchos, como inútil, inservible y que les quitaban posibilidades de iniciarse en el mundo laboral cuando no, retrasar la terminación de sus estudios.
En lo de inútil e inservible, no estoy conforme, la mili en esa época y anteriores, enseñaba a la gran mayoría de jóvenes a ser organizados, respetuoso con los mayores; a saber vestirse; a ser disciplinado en aspectos, que muchos padres actuales no son capaces de educar y que ahora se lamentan de no saber hacer carrera de sus hijos. La forma de vestirse de los jóvenes actuales, más que una moda, es una manifestación clara de no saber hacerlo y así van de mamarracho; en cuanto al trato en la vida corriente con las personas y en especial con los mayores, no puede ser más irrespetuosa, por no decir insolente.
Debemos tener claro, padres y tutores especialmente, que disciplina no tiene nada que ver con autoritarismo. Puede parecer, que es ahí donde está el origen de este error. Por extensión, de un gobierno de orden (dictadura), que no democrático, se ha confundido disciplina con autoritarismo, que no autoridad.
La disciplina es, educación por encima de todo y está bien demostrado que los pueblos bien disciplinados con o sin mili porque no la necesiten, alcanzan mayor bienestar en todos los aspectos de su desarrollo cívico.
Por otro lado, la disciplina castrense tiene unos valores que deberían ser conocidos por la población civil madura y seguro que se llegaría al consenso de que, los jóvenes en tiempo de paz, deberían pasar por un periodo de aprendizaje (disciplina castrense), para conseguir, un Estado más disciplinado; una convivencia civil más solidaria (desde el punto de vista de los gobiernos autonómicos) y fuerte, en el remoto supuesto de defensa interna como externa y para lo que están dispuestos nuestros eficientes ejércitos actuales.