El Atlético camina hacia la autodestrucción
Falló un primer penalti, deambuló con dos jugadores más durante casi toda la segunda parte, perdió dos puntos en el descuento y el Calderón explotó contra Gil y Cerezo (1-1)
MADRID Actualizado: GuardarSólo se salvó el arranque del Atlético, cuando, supermotivado como no había demostrado antes con Abel, se lanzó al ataque y puso cerco a la portería de un poco fiable Aouate. Sin embargo, el gol no llegó ni contra uno menos y al Atlético le entró la ansiedad.
Con sus habituales problemas para hilar una jugada, para poner una pizca de fútbol y pausa. Con nulas ideas y sin profundidad.
Buscando sólo la banda izquierda, a veces con un Agüero que tampoco está nada fresco. Incapaz el Atlético de sorprender y hasta de disparar a portería, mientras el Mallorca ganaba presencia en el medio campo. Al igual que su equipo, la afición rojiblanca se fue desesperando y el 'Atleti' fue despedido al descanso con pitos. No era para menos, porque tras un inicio prometedor, no tardó en reencontrarse con la vulgaridad y a desaparecer. El equipo no daba para mucho más frente a un Mallorca bastante competente, sobre todo, en organización defensiva, y en el medio campo, con Borja Valero autoritario e incluso capacitado para decidir un punto, con la ayuda del pobre De Gea.
Otra oportunidad
Sin embargo, tuvo el Atlético una segunda oportunidad, aunque en el caso del penalti de Ramis, que ya tenía una amonestación, el central se resbaló y cortó sin voluntariedad con el brazo el centro de Forlán. Muñiz Fernández tomó la misma decisión que en el primer tiempo, pero no estuvo acertado. Ya habría sido el colmo que el uruguayo volviese a desperdiciar otro penalti. Engañó a Aoute y el Atlético ya podía ponerse a celebrarlo, porque contra nueve no podía escapársele el triunfo.
Sin embargo, con el 'Atleti' nunca se puede estar tranquilo, aparte de que el Mallorca nunca quiso rendirse. Tocó más y jugó bastante mejor que el Atlético, llegó a acercarse a la portería local mucho más de lo previsto y no descansó en busca de ocasiones y el empate, porque ya no tenía nada que perder. El acoso en ataque de los rojiblancos no duró nada. No quiso esforzarse más.
El equipo está destrozado, anímica y físicamente. No pudo cerrar el partido porque no tiene fútbol, fe ni puntería, y perdió dos puntos cuando el Calderón pedía la hora, porque Webó también cabeceó al palo poco antes de la igualada La incredulidad y el pesimismo siguen instalados en el Manzanares, aunque con Quique es de esperar que, pese a su pobre plantilla y a que no tiene un cerebro en el campo, el 'Atleti' no vaya a peor. Tal y como está de hundido el equipo, parece una utopía, aunque con el Atlético todo es posible. Le toca a Quique espantar el fantasma de Segunda.