Negociación escorada
Actualizado: GuardarEl preacuerdo alcanzado ayer por Magna y los sindicatos sobre el futuro de la planta de Opel en Figueruelas, por el que la cifra de 1.700 despidos prevista inicialmente se recorta a 900 y se asegura el empleo para los diez próximos años, abre una vía de solución para una factoría clave en el sostenimiento económico de Aragón, pero también muy relevante para el sector del automóvil en el conjunto de España. La aproximación a una salida pactada y el mantenimiento de la actividad en la factoría constituyen motivos de alivio, aunque el notable ajuste en la plantilla obliga a moderar la satisfacción ante un pacto de cuya resolución definitiva depende el porvenir de 20.000 familias de la zona. Pero la incertidumbre creada en Figueruelas tras la quiebra de General Motors y la compra de su filial Opel por Magna ofrece un crudo retrato no sólo de la magnitud de los problemas que afronta la automoción para sobrevivir; también de la dificultad para articular posiciones más o menos comunes ante crisis compartidas en el seno de la UE cuando lo que está en juego son intereses nacionales prioritarios. El hecho de que la planta aragonesa sea la más productiva de las que disponía GM en Europa no ha liberado a sus trabajadores del acuciante temor a que su provenir no dependiera tanto de la viabilidad de las instalaciones, como del poderío político y de la capacidad o voluntad de los distintos gobiernos concernidos para movilizar recursos en pro de la continuidad de Opel en los diferentes territorios. Si ya resulta difícil administrar negociaciones en las que la matriz industrial está radicada fuera del propio ámbito de influencia, lo ocurrido con la filial de GM indica que los escollos se multiplican cuando entran en colisión intereses estatales dispares. Las dudas de legalidad que alberga la Comisión Europea sobre las ayudas de 4.500 millones de euros ofrecidas por el Gobierno alemán para garantizar la pervivencia de las plantas en el país -más de la mitad de los trabajadores de GM en suelo europeo son germanos- no han impedido que las conversaciones se escoraran del lado más favorable para el Gobierno de Merkel.