Investigadores
Actualizado: GuardarAbundan tanto los delincuentes económicos que incluso los más inexpertos detectives tienen que descubrir a algunos. No mandan a la tintorería sus guantes blancos y siguen conservando las huellas.
Por eso se continúa descubriendo donde metieron mano. No se precisa una sagacidad especial para detenerles: los hay en tan gran proporción que lo difícil es entrar en algún sitio sin tropezar con varios. Lo del Ejido es sólo un ejemplo. Si se tira un poco del hilo, no sólo sale el ovillo, sino la manta que los cobija, pero si se mira debajo de los escaños, con el consiguiente peligro de escoñarse, a lo que se exponen los investigadores es a sufrir un duradero vértigo.
Quizá los señores Díaz Ferrán y Cándido Méndez debiesen aplazar temporalmente las discusiones a cuenta de la reforma laboral y centrar sus esfuerzos en la lucha contra los granujas. Los Presupuestos no gustan ni a los que los han elaborado. Se supone que también ellos imaginan cómo serían si el latrocinio no se hubiera convertido en una de nuestras tradiciones. Es muy fácil decir que el desplome de los ingresos fiscales y el aumento del gasto público los han convertido en «los peores de la democracia».
No se sabe si algún día no tendremos nostalgia de esta contabilidad. Cuando llega la escasez total se añora la penuria.
Probablemente estemos perdiendo mucho tiempo en investigar en otros sitios y concentrándonos en la red Gürtel está claro que no conviene nadar ni pescar en las letrinas. ¿Por qué no se prueba en otros caladeros? Todo el mundo prefiere el pescado fresco al putrefacto, pero hay que embarcarse para capturarlo. Aunque demos por perdidos a los peces gordos. Hay leyes que los protegen.