La afluencia de visitantes ayuda a subir las ventas de otoño

En 2009 atracarán menos buques turísticos a los muelles gaditanos pero traerán a mas pasajeros. Ese es el dato que interesa a los que hacen negocio de los desembarcos. Se gana en promoción, en la extensión de la marca Cádiz y, mientras, empiezan a respirar las cajas registradoras de los comercios del centro.

Bares y restaurantes, además de tiendas de ropa y souvenirs, estuvieron ayer a rebosar gracias a la llegada de los pasajeros del Orchestra, el Costa Mágica y el Hanseatic. Las palabras más repetidas a partir de las 18 horas, cuando zarparon los barcos, fue «se nota». Se percibe, no sólo en el ritmo de un día cualquiera por las calles de la ciudad, el trasiego, la «ONU» con mapas, diccionario y auriculares en ristre. Se nota en las economías de los pequeños empresarios.

«Sobre todo ahora en octubre, cuando las ventas están más bajas», sostiene el presidente de la Asociación de Comerciantes de El Pópulo, Paco Rubio. Para la mayoría, la clave está en mantener la tienda abierta durante las horas del mediodía para aprovechar la corta estancia de los cruceristas. Ese problema no lo tiene la hostelería, aunque en su caso el objetivo es que la gastronomía gaditana atraiga a los cruceristas, que ya disfrutan en los barcos del todo incluido.

«Estamos preparados para cobijar a tanto turista, ya se demostró durante el Carnaval. La tendencia es muy positiva, se nota y supone un alivio en los meses en los que no hay afluencia de turistas nacionales», destaca Rubio.

La Torre Tavira

En donde volvió a «notarse» la coincidencia de tres barcos en el puerto gaditano fue en la Torre Tavira. La cámara oscura atrajo a 70 pasajeros, procedentes sobre todo del Costa Mágica. En este buque se reparte un folleto informativo con el callejero y los monumentos más significativos de la ciudad y la publicidad consiguió su efecto.

«La apuesta consiste en que Cádiz sea una ciudad abierta al mediodía y en coordinar todos los esfuerzos. El turismo de cruceros es fácilmente gestionable a largo plazo. El resto depende de los empresarios», subrayó Belén González, gerente de la Torre Tavira.