El PNV y los uniformes
Actualizado: GuardarNo hace mucho, las Juntas Generales de Vizcaya aprobaron una Proposición no de Norma, formulada por el Grupo Nacionalistas Vascos, en la que insta a que ante cualquier acto que pueda celebrarse en Salón de Plenos de Guernica, se impida la entrada de representantes uniformados de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, así como del personal de las Fuerzas Armadas. La iniciativa del PNV tiene su origen en la presencia de altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado en la toma de posesión del presidente del gobierno autónomo. La presencia de uniformes ha debido producir urticaria en la sensible piel, dependiendo para qué cosas, de los nacionalistas, ya que sin perdida de tiempo se han aplicado en aprobar urgentemente la mencionada proposición.
El PNV ha argumentado que la Casa de Juntas es «un espacio de acuerdo y paz», lo que «difícilmente puede casar con la presencia de uniformados», para sostener que lo ocurrido fue «un error político». «No era necesario irritar a una parte de la sociedad vasca», afirmó el juntero peneuvista Sánchez. Ofende más, si cabe, la razón esgrimida que la propia decisión adoptada.
Desconozco si el Gobierno ha instado la defensa de la legalidad y de la dignidad de sus mas fieles servidores o ha optado por no darse por enterado de la ignominia del PNV, porque tal vez, esté entretenido con la muy urgente tarea de tender puentes de plata a sus responsables para conseguir aprobar los próximos presupuestos, aunque para eso se tenga que blindar, dicho sea en unos términos jurídicos muy poco rigurosos, las normas fiscales de las diputaciones vascas, calificadas con acierto por el catedrático Sosa Wagner como autenticas «ocurrencias fiscales». Irrita que el mismo PNV que acuerda la prohibición de la entrada de militares uniformados en el Salón de Plenos de Guernica, sea el mismo que insta en el Congreso a que esos mismos uniformados defiendan con su vida a los vascos que faenan a bordo de los atuneros en aguas del Índico, como medida de protección contra los piratas. Aunque no es de recibo que el Estado desampare a sus nacionales en el Índico, el pacifista PNV parece el menos indicado para reivindicar su defensa armada.
Siempre se ha dicho que el PNV tiene dos almas, una autonomista y otra independista, sobresaliendo bien una, bien la otra, dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, ahora queda en evidencia que el PNV, además, tiene dos corazones, uno pétreo e inconmovible para con las víctimas de ETA, y otro codicioso, interesado y pancista, que no duda en suplicar la ayuda de quienes detestan y aborrecen, para su propia defensa y provecho económico. Ese mismo PNV que se enmascara de pacifista, al menos dentro del salón de plenos de Guernica, es el mismo que solicita la ayuda de los Infantes de Marina, y es el mismo que mantiene una hiriente equidistancia entre ETA y sus víctimas, es el mismo que pone al frente de la Comisión de Derechos Humanos a un terrorista, el mismo PNVque desaprueba la retirada de fotos de etarras, el mismo PNV que se manifiesta públicamente con los simpatizantes de ETA-BATASUNA, es el mismo PNV que celebra una fiesta claramente belicista: el Gudari Eguna, y es el mismo que compuso y canta el Euzko Gudariak.
Oscar Wilde dijo: «Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable». No coincido plenamente respecto a la admisión de la fuerza, sin embargo, la razón bruta cada día me resulta más insoportable.