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El truco del globo

La Policía detendrá a la pareja que hizo creer que su hijo volaba a la deriva para promocionarse en un 'reality show'

MERCEDES GALLEGO
CORRESPONSAL NUEVA YORKActualizado:

Richard y Mayumi Heene pueden cambiar pronto la escuela de actuación donde se conocieron por seis años de cárcel y pagar hasta medio millón de dólares por engañar a medio mundo, pero los ejecutivos de televisión siempre les agradecerán los niveles de audiencia que desataron el jueves con su artimaña publicitaria.

La historia era demasiado bonita como para dejarla correr, fuese o no verdad: niño de seis años trepa hasta un globo de helio, desata las amarras accidentalmente y surca los cielos a merced de los vientos, seguido en directo por las cámaras de una televisión local a la que su padre llamó antes incluso de avisar a la Policía.

Si el globo estaba inflado, no digamos la cobertura informativa del suceso, donde los expertos especularon con el frío que sentiría el niño a esas alturas y la suerte de que volase campo a través durante 80 kilómetros sin enredarse en el tendido eléctrico. Durante cuatro horas, medio mundo se pegó a las pantallas de la televisión con el corazón encogido pensando en la criatura, que, según dice ahora la Policía, ni siquiera estaba escondida en el desván de su casa, como se publicó posteriormente, sino jugando en un parque.

Cuando el globo tocó tierra se supo que no contenía más que aire caliente, pero para entonces las tres principales cadenas de noticias por cable de EEUU habían doblado su audiencia, que según la auditora Nielsen se contaba por millones de telespectadores. Nadie dudó en desconectar las imágenes de la primera visita de Barack Obama a Nueva Orleans para seguir la peripecia del globo, aunque los expertos ya auguraban que por su bamboleo parecía difícil que llevara en su barquilla los 17 kilos que pesa el pequeño Falcon. Hoy se sabe que el aerostático, construido en el patio de la casa de los Heene, ni siquiera podría haberse levantado del suelo con esa carga.

Las televisiones y la familia continuaron el juego con rondas de entrevistas que se volvieron en su contra. «Eso, ¿por qué no saliste de tu escondiste cuando te llamamos?», le preguntó la madre al pequeño, siguiendo la corriente al presentador de la CNN. El niño la miró entre sorprendido y asustado. «Porque habíais dicho que esto lo hacíamos para el show», contestó con sinceridad infantil. Y a partir de ahí vomitó en directo cada vez que le repitieron la pregunta.

La Policía tomó nota de la confesión, pero prefirió disculparles en público para mantener su colaboración. Tras incautarle el ordenador se ha descubierto que Richard Heene llevaba meses conspirando con un socio para montar un truco publicitario que les lanzase a la fama de cara a un reality show que acababa de firmar. Su socio, de 25 años, ya ha vendido la exclusiva de Cómo le ayudé a montar el truco del globo al portal Gawker.com. Según él, la idea era hacer pasar el aerostático por un platillo volante -su color plateado y su forma recuerdan, efectivamente, a un ovni-, sin involucrar al menor.

Los Heene esperan ahora en casa a que la Policía los arreste y podrían perder la tutela de su tres hijos. Richard, además, goza de un historial de violencia doméstica y un claro mal genio que ha hecho público en los reality shows. Ninguno tan internacional como éste.