El fraude paraliza el envío de tropas
La Administración Obama se niega a tomar una decisión hasta que la situación electoral quede aclarada
CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar¿Apoyar a un Gobierno ilegítimo? Nada podía ser peor para ganar la guerra en Afganistán, que muchos vaticinan será el Vietnam de Barack Obama. Hasta que se sepa quién venció en las elecciones, cualquier decisión para dar al general Stanley McChrystal las tropas que ha pedido queda congelada.
Lo decía con claridad desde Pakistán el senador John Kerry, que no sólo es presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sino también el mentor de Obama. «Sería totalmente irresponsable por parte del presidente comprometer más soldados cuando ni siquiera hemos acabado con los comicios y no sabemos quién es el presidente ni con qué tipo de Ejecutivo estamos trabajando», dijo a la CNN.
Kerry tenía una situación privilegiada para hablar del tema. Había pasado el fin de semana en el país asiático discutiendo la situación con los comandantes estadounidenses y se reunió con el propio Karzai poco después de que se conociera la decisión de anular los resultados en más de 200 colegios. «Hay preguntas muy clave sobre el estatus del Gobierno de Afganistán que todavía tienen que ser respondidas», advirtió a la CBS con sorprendente locuacidad, dado lo delicado de la situación.
Cuestiones que también se hacen los norteamericanos, entre los que la guerra de Afganistán pierde popularidad a pasos agigantados. El 68% piensa que no es posible crear una democracia estable, según una encuesta de la CNN, y el 52% cree que ya se ha convertido en el nuevo Vietnam.
Memoria viva
Este porcentaje aumenta entre los mayores de 50 años, que tienen memoria viva de la contienda que marcó a su generación. Eso explica que el 59% se oponga al envío de más tropas.
Si Obama decide sucumbir a la presión de los militares se alineará con la oposición republicana, en la que dos tercios apoya la escalada militar. La Casa Blanca insiste en que no puede tomar decisiones hasta que haya hecho un análisis de la situación. «La revisión continuará durante la semana próxima, no se detendrá», dijo a la CBS el jefe de gabinete, Rahm Emanuel.
Entre las voces críticas dentro de la Administración resuena con fuerza la del vicepresidente, Joe Biden, que defiende redirigir los esfuerzos al vecino Pakistán, donde los talibanes se han reubicado. «Sería temerario tomar acuerdos sobre los niveles de tropas sin hacer un análisis de si hay un socio listo para llenar el vacío que crearía la salida de fuerzas estadounidenses y convertirse en un verdadero socio en el Gobierno de Afganistán», rebatió Emanuel sin citarle.
Los indicios de que Hamed Karzai puede resistirse a continuar un proceso electoral que, según el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, «deben decidir los afganos» sólo complica más la posición de Washington porque la segunda vuelta supondría una nueva oleada de violencia y obligaría a dedicar las tropas a reforzar la seguridad.