La Audiencia de Madrid cree que Palomino fue asesinado por ser antifascista
MADRIDActualizado:El tribunal que juzgó al neonazi Josué Estébanez por el asesinato de Carlos Palomino sentenció ayer que el crimen perpetrado hace dos años en el metro de Madrid estuvo motivado por el odio ideológico. Una agravante penal que elevó la condena impuesta al asesino hasta los 26 años, como pedían el fiscal y las partes acusadoras en el proceso, que calificaron el fallo de «sentencia pedagógica de gran altura». Fue, sin duda, una sentencia novedosa, pues no es común que un tribunal en España considere una agravante el odio ideológico. La Audiencia explicó que «las extremas discrepancias de pensamiento constituyeron el móvil que guió la agresión de Josué contra Carlos, como se desprende del comportamiento del acusado al situarse junto a una de las puertas del vagón, con la navaja escondida, esperando serenamente la entrada de sus oponentes ideológicos».
El tribunal condenó además al ex militar por otros dos delitos, uno por el intento de homicidio a un amigo de Palomino, que resultó herido, y por una falta de lesiones a otros dos jóvenes antifascistas. En total, 26 años de prisión y 160.000 euros de indemnización, tres menos de lo que pedía el fiscal, ya que al final los jueces absolvieron al condenado de los delitos de amenazas y tenencia de armas.
Los jueces amparan esta rebaja en que durante el auto de procesamiento ni existió referencia alguna al puño americano que portaba el asesino, ni las partes lo incluyeron en sus escritos. Con respecto a la navaja con la que se perpetró el crimen ideológico, que nunca fue hallada, añadieron que no forma parte del ilícito de tenencia de armas, porque su medida era menor a lo estipulado en el Código Penal.
No obstante, uno de los puntos más controvertidos para las acusaciones es que el tribunal rechazó que la senda criminal que dejó Estébanez una vez apuñalado Palomino, dos heridos graves por arma blanca, estuviese igualmente motivada por odio ideológico. La razón, según el tribunal, es que «la situación había variado sustancialmente tras el apuñalamiento mortal», pues el acusado «intentaba mantener una posición de fuerza dentro del vagón para escapar» lo antes posible antes que agredir a los compañeros de la víctima.