«Una simple llamada de apoyo me daba fuerzas para pasar el día»

Conchi Patrón acude puntual al encuentro sobre el cáncer de mama. Lleva año y medio operada y duda de que algún día pueda olvidar la angustia del proceso. La sospecha apareció con una mancha roja de la que no se había percatado y el cambio de tono vino acompañado de un retroceso del pezón y una inflamación del seno.

Con esos síntomas llegó a la consulta de su médico y el diagnóstico se quedó corto para describir lo que supondría todo lo que venía después. La quimioterapia, la cirugía y la enfermedad. Entonces le faltaban unos días para cumplir los 48 y decidió que prefería optar por la resignación que por el miedo.

«Pensé que podría padecer cualquier tipo de cáncer excepto el de mama, no tengo ningún antecedente en la familia», asegura. De aquellos meses recuerda que llevó peor perder el pelo durante el tratamiento que el pecho tras la cirugía. «Ves que te vas deteriorando poco a poco y es muy duro». Los apoyos los buscaba en su familia y sus amigos. «Una simple llamada de apoyo me daba fuerzas para pasar el día», cuenta y por eso anima a los que lo ven desde fuera a volcarse con las afectadas.

Aunque no le gusta dar consejos, dice que la mejor actitud es mantenerse entera y positiva. «Entrar con miedo a una prueba o al quirófano repercute mucho en la recuperación. Somos muchas las que lo hemos superado».