La revolución de Ziganda da sus frutos, aunque deja dudas

Decía Cuco Ziganda que el cambio de sistema no era una medida desesperada, pero lo cierto es que, desesperado o no, el técnico navarro dio ayer en la clave. El Xerez mostró ayer una gran imagen, sin recuperar la frescura de inicios de temporada, pero con la regularidad necesaria como para conseguir la primera victoria de la temporada.

Una nueva revolución para paliar la crisis deportiva. Secreto a voces desde hace más de una semana, Ziganda varió el esquema de juego para conseguir la reacción deseada y lograr la primera victoria. El técnico navarro trabajó, probó y le gustó, al menos para el duelo de ayer ante el Villarreal. El 5-4-1 mostró ayer sus ventajas y sus desventajas. Con Aythami mandando en el centro de la zaga y acompañado por Leandro a la izquierda y Prieto a la derecha, el Xerez buscaba crear desde atrás, con Bergantiños y Viqueira en la medular. Armenteros y Carlos Calvo buscaban el balón por el centro, por lo que el Xerez ahogaba el fútbol en pocos metros. Sin embargo, la movilidad de algunos jugadores del Villarreal como Senna, Cazorla, Rossi o Pires, dejaban ver también algunas limitaciones defensivas. Y es que en algunos momentos el Xerez terminaba definiendo con todo, muy pegado a su área y dejando libertad a los centrocampistas visitantes.

Para colmo de males, Mendoza se lesionó y tuvo que abandonar el terreno de juego. Revés para Ziganda en un día importante para los intereses del técnico navarro. Aún así, los azulinos mostraron su cara guerrera, la de remontadas históricas y tardes inolvidables.

El sistema tiene carencias, como es lógico, pero lo cierto es que dio el resultado buscado, pese a ajusticiar con él el futuro de un amigo como Ernesto Valverde. El equipo no se ve cómodo en defensa, pero el orgullo puede más. El ataque se ve limitado a la velocidad de jugadores como Carlos Calvo -inconmensurable en la tarde de ayer- o Armenteros, sacrificado en la banda tras la lesión del capitán del Xerez. Mario Bermejo sigue solo en punta, pero Viqueira se siente cómodo y asiste más con Álex Bergantiños atrás.

En definitiva, que el nuevo sistema, como bien decía José Ángel Ziganda, al final lo hacen los jugadores sobre el terreno de juego, una máxima que ayer se comprobó en Chapín.