El Puerto Real quiere centrarse sólo en el fútbol. / A. VÁZQUEZ
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La casa de los líos

Los problemas del Puerto Real se han agravado tras la disputa de su presidente con el alcalde

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Nada más llegar una buena noticia, salta otra mala. Esta semana, los futbolistas del Puerto Real han vuelto a los entrenamientos tras una charla con el presidente de la entidad, Antonio Bohórquez. Los jugadores se habían puesto en huelga porque acumulaban dos meses de deuda y temían que no vieran más un euro en toda la temporada. El conflicto entre el club y el Ayuntamiento de la ciudad ha paralizado el proyecto sobre el que se basa todo el presupuesto de la entidad: la construcción del nuevo estadio. Bohórquez convenció a los jugadores para que reconsideraran su postura y volvieran al trabajo entre semana.

Ahora visitan Los Palacios. Enfrente, un equipo que sólo aventaja a los gaditanos en un punto. Lo que quiere decir que una victoria supondría un salto importante en la tabla. Dejar los apuros para mirar de cerca a los que cabecean en la tabla clasificatoria.

Motivo suficiente para hablar de fútbol. Pero no. La guerra estalló el pasado jueves, cuando el presidente del Puerto Real mostró abiertamente su conflicto con el alcalde de la ciudad, José Antonio Barroso, al que calificó entre otras lindezas de «canalla, acomplejado y chavista de mierda». Un golpe a las relaciones institucionales y que bloquea aún más la construcción del nuevo estadio, la salida a las deudas de la entidad con su plantilla.

Respuesta municipal

La contraofensiva no ha tardado en producirse. El alcalde puertorrealeño, José Antonio Barroso, y el responsable municipal de Urbanismo, Antonio Noria, respondieron a dichas declaraciones.

Los dos responsables municipales hablaron de que «habría que investigar algo más» para dar con las razones por las que todavía no ha arrancado la construcción del campo. A este respecto, el alcalde de la Villa adelantó que «cuando la obra esté empezada presentaré un hecho evidente» del porqué de su sospecha.

Barroso lanzó una dura advertencia al presidente: «Este sujeto no va a pasar nunca más por mi despacho mientras yo sea alcalde». El jefe del ejecutivo local llegó más lejos, al asegurar que mientras él lleve las riendas políticas de la ciudad no se va a reunir con Bohórquez «ni en público ni en privado».

Noria se cuestionó si es que Bohórquez espera a que la Epsuvi adelante más dinero. «Ya lo ha hecho y ya no lo hará más». Advirtió que «sólo pagaremos contra certificación de obra firmada por el mismo director de obra» y del riesgo de que se pasen los plazos y haya que solicitar una nueva licencia.