Vicasa hace firme su decisión y presenta el ERE para cerrar su fábrica en Jerez
La multinacional presentó la solicitud ante la Junta y dice que quiere negociar de «buena fe» con la plantilla, que rechaza sus argumentos
JEREZActualizado:No había mucho suspense, sobre todo porque la actitud de la multinacional Saint-Gobain Vicasa en las últimas semanas ya anunciaba que el siguiente capítulo en el conflicto con la plantilla de Jerez no satisfaría a los trabajadores. Y ayer se confirmó de forma oficial lo que se esperaba y se temía a partes iguales: la dirección de la compañía presentó ante la Junta de Andalucía el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo como paso previo para el cierre de la fábrica de botellas.
Desde la Consejería de Empleo confirmaron ayer a este medio que a primera hora de la mañana se había registrado la entrada del expediente, un documento de más de 100 folios que la dirección de Vicasa también dio a conocer formalmente a los representantes de los trabajadores a los que habían citado en el Hotel La Cueva Park y en el que la solicitud de cierre va acompañada de un plan social en el que plantean prejubilaciones para los empleados mayores de 55 años y traslados del resto a otros centros de producción del país.
La misma compañía anunció ayer a través de un comunicado el ERE, y aprovechó para recalcar que este paso «es consecuencia del cese de la actividad productiva en su fábrica de Jerez», al tiempo que expresó su confianza en iniciar un proceso de negociación «de buena fe» con el comité de empresa que pueda conducir a «alcanzar las mejores condiciones posibles para los afectados por el expediente».
Pero no va a ser fácil que se llegue a un punto de encuentro entre las partes, sobre todo porque para los trabajadores «no hay razón lógica que justifique que una empresa con beneficios, y más en estos tiempos de crisis, decida cerrar un centro de producción que es rentable», recalcó ayer el presidente del comité, Antonio Alba.
«Unificar» en Sevilla
Alba también adelantó que en el documento que les han presentado «no hay ningún aspecto económico que sirva de justificación para el ERE», lo que sustenta los argumentos de los trabajadores.
De hecho, en su comunicado la multinacional esgrime en todo momento razones que son organizativas y productivas. Así, Vicasa insiste en que el ERE obedece a la «inaplazable necesidad de reestructuración de la actividad productiva en Andalucía», que pasa por la «unificación de los dos centros en uno» con el objetivo de contar con una fábrica «competitiva». Ese otro centro al que se refieren es el que se ubica en Alcalá de Guadaira (Sevilla), que se convertiría en la única planta de fabricación, mientras que Jerez quedaría como mero almacén logístico con una plantilla de apenas una decena de empleados, cuando en la actualidad cuenta con 124 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos y procedentes de subcontratas que «irán directamente al paro», como alertaban los representantes sindicales.
Treinta días de plazo
Finalmente, la compañía enfatizó su interés en poder iniciar una negociación que permita alcanzar soluciones sociales para los 124 trabajadores afectados, que «pueden tener la absoluta seguridad» de que se tendrán en cuenta «todas las posibilidades y se acordarán todas las medidas y fórmulas más adecuadas y con menor impacto social para llevar a cabo el proceso de cese de la actividad».
En esta tesitura, y una vez que la autoridad laboral competente ya tiene en sus manos el expediente, la dirección y la plantilla disponen de un plazo no inferior a 30 días para negociar y tratar de alcanzar un acuerdo que, hoy por hoy, se presenta más que difícil.
Con las cartas sobre la mesa, el comité de empresa ya ha empezado a estudiar el expediente con sus asesores legales y no ha cambiado su mensaje: «Aún tenemos esperanzas», decía Antonio Alba.
A nadie se le escapa que de no mediar un acuerdo entre dirección de Vicasa y trabajadores, será la Consejería de Empleo la encargada de pronunciarse sobre el ERE y optar por aceptarlo o no.
En este punto, el presidente del comité de empresa no sólo exigió ayer a la Administración que «se piense muy bien lo que va a hacer», sino que le recordó que «ésta es una zona muy castigada por el desempleo y es injusto que una empresa rentable quiera echar el cerrojo sin más».
Alba también quiso ayer matizar que pese a los paralelismos con Delphi, cuyo conflicto también suscitó una enorme movilización ciudadana, «entre los dos casos hay una diferencia fundamental: aquella empresa acudió al ERE con pérdidas, con resultados muy deficitarios, pero en este caso estamos hablando de una fábrica que da beneficios, que siempre los ha dado y que ni ahora en tiempos de crisis presenta pérdidas». «Un cierre no es lógico, porque ganan dinero, y con este movimiento sólo quieren ganar más», añadió.
Ayer, la Junta no se pronunció al respecto, pero hay que recordar que el consejero de Empleo, Antonio Fernández, ya había afirmado que con las razones que se habían esgrimido -y que ahora recoge el ERE- sería difícil aceptar el expediente.