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Mis malditos vecinos
Residentes de la calle Buitre en Los Gallos muestran su sorpresa al saber las actividades macabras de los detenidos
CHICLANA Actualizado: GuardarVivían al lado de Satán y no lo sabían. Los residentes de la calle Buitre, ubicada en la urbanización costera Los Gallos de Chiclana, no salían ayer de su asombro cuando LA VOZ les comunicaba a media mañana que los inquilinos del adosado número 38 habían sido detenidos por la Guardia Civil, como presuntos integrantes de una secta satánica.
«Ahora que lo pienso llevábamos unos días que no veíamos a nadie por la vivienda, pero esto es demasiado, nunca nos hubiéramos imaginado que ahí dentro se hacía algo así», afirmaba uno de los vecinos más cercanos al domicilio habitado por Carlos Jesús -de 34 años- y M. M. P. -de 24-, la pareja sentimental que ejercía de líderes de la secta. Y que han sido detenidos junto a cuatro cómplices.
«Lo que sí vimos hace dos lunes fue que la Guardia Civil se llevaba varios vehículos en una grúa», explicaba otro vecino de la urbanización, compuesta por casi medio centenar de viviendas y cercana a una famosa zona de ocio.
Lo cierto es que la detención de estas seis personas por presunta estafa y la realización de actividades satánicas ha causado un gran revuelo en la localidad. Muchos se preguntan «cómo se eligió una casa tan a la vista para cometer las fechorías».
Colores diabólicos
Sobre a vivienda, los vecinos de la calle Buitre recordaban también que «la vivienda en cuestión se pintó hace unas semanas con colores normales», borrando el llamativo (y siniestro) color negro y rojo que había en el inmueble hasta entonces. Hasta ahora nadie le habían dado mayor importancia.
Ni siquiera los ritos satánicos puesto al descubierto por la Guardia Civil levantaron sospechas en el entorno de la vivienda. El único indicio de que allí se podría estar infringiendo la ley era, según los propietarios de los chalés contiguos, era «el continuo ir y venir de coches de lujo». Demasiado extraño. A los vecinos les extrañó enormemente «que alguien con un negocio de importación de coches o algo parecido no usara nunca ninguno de ellos y siempre utilizaran un taxi». Además, la instalación repentina en la fachada de la vivienda de una cámara de seguridad orientada hacia la calle, «también nos escamó» aseguraban ayer los vecinos, que al fin han atado cabos sobre la extraña pareja de al lado.
Una familia «normal»
Carlos Jesús y su pareja no son los propietarios de la vivienda que utilizaron como templo satánico. La alquilaron en enero, a través de una inmobiliaria de Chiclana. Su propietario recordaba ayer que la presentaron «como una familia normal, que venía con una niña de seis años», hija del supuesto estafador de la secta.