Capítulo de pérdidas
Actualizado:Después de tantos errores y de algún que otro horror, la banca española ha decidido divulgar los últimos, quizá para darnos lástima. La agencia Moody's, que califica los riesgos, profetiza que aflorarán pérdidas por importe de 108.000 millones de euros, o sea, que al sector bancario le pasa los mismo que a la Tablas de Daimiel: que ha pegado un crujido enorme y se ha quedado sin liquidez. Los humedales económicos se absorbieron tragados por la tierra o por la avaricia o por la imprevisión vaya usted a saber por qué. Lo único que sabemos es que habrá que añadir otros 57.000 millones a los 51.000 anteriores. Malas noticias para el paisaje y para el paisanaje. No va a quedar una tabla donde agarrarse.
Siempre es temerario hacer balance, a no ser que se disponga de uno de esos libros que ayudan a triunfar, que siempre son libros de contabilidad y suelen tenerse por duplicado. Cuenta Woody Allen, que un día quiso saber, con aproximada exactitud, el dinero que le quedaba y sacó la conclusión de que tenía el suficiente para vivir, pero a condición de no gastarse nada. Ocurre en casi todas las ocasiones y por eso es aconsejable no hacer cuentas, aunque sea suicida delegar en el Gobierno para que nos las haga. Incluso cuando nos acometen sueños de riqueza aleatoria y pensamos cómo distribuiríamos nuestra fortuna si nos tocara el bonoloto, nos faltan unos miles de los euros que aún no tenemos. Ya se sabe que el primer impulso siempre es generoso. Hay que reprimirlo antes de que llegue el momento del reparto. En cualquier caso, el capítulo de pérdidas de las entidades financieras tiene bastantes menos letras que las nuestras aunque tengan las mismas páginas. O herrar o transformar la banca. Da igual. Los del yunque seguirán siendo los mismos.