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Un residente de la calle Polas pone en pie de guerra al vecindario
La comunidad denuncia el uso de vados falsos y de la vía «como si fuera suya» Se sienten «acosados» por este ciudadano
JEREZ Actualizado: GuardarLa calle Polas se ha convertido en escenario de una guerra protagonizada por los propios residentes. Hace muchos años que la paz y el buen entendimiento acabaron para los vecinos de una zona salpicada por continuos conflictos, en los que se distinguen dos partes claramente diferenciadas: la de uno de los inquilinos, por un lado, y la del resto de ellos, por otro, acompañados del propietario de un bar cercano, trabajadores de una empresa y vecinos de una urbanización colindante.
El motivo, como argumentan los afectados, es que el vecino contra el que han interpuesto una denuncia «tiene tomada la calle como si fuera suya», y ha hecho de ella «su coto privado» hasta tal punto de que incurre en «ilegalidades» sin que la Policía haya tomado cartas en el asunto. Como explican los perjudicados, esta persona posee una casa en la citada vía con dos puertas de garaje que cuentan con sus correspondientes placas de vado, con una única salvedad: una de las señalizaciones «es falsa».
Este periódico pudo comprobar ayer que, efectivamente, una de las placas devado carece del número reglamentario, algo que, según los residentes, el denunciado aprovecha para «su propio beneficio» y, sobre todo, para dificultar el aparcamiento a los demás. «Este señor cada vez que alguien aparca en la del vado falso -relató el portavoz de los vecinos, Juan Carlos Soto- cambia las placas y llama a la Policía para que se lleven el coche, con lo que nada más que hacen ponernos multas».
Además, este propietario ha cercado las inmediaciones de su vivienda con una valla, un bordillo de cemento y unas cadenas, tomando parte de la vía pública, con lo que, como insisten los vecinos, incurre en «una clara ilegalidad». «El tema de los aparcamientos es una constante pelea con él. Aquí la grúa viene prácticamente a diario y la Policía nos dice que no pueden hacer nada al respecto».
Daños a vehículos
Se da la circunstancia de que en la acera de enfrente hay un disco que prohíbe estacionar a ese lado, pero, dadas las escasas plazas existentes en la calle, los vecinos suelen aparcar en una bodega en desuso, algo que, según ellos, tienen pactado incluso con el dueño de la misma. «A esta persona que aparquemos ahí no le molesta en absoluto, pero a la mínima ya está acudiendo a la Policía para fastidiarnos». Los incidentes en alguna ocasión han pasado a mayores, puesto que hay inquilinos que aseguran que el denunciado ha infringido daños a algunos vehículos, por no hablar del pleito que mantiene con el propietario de la cafetería que hace esquina, al que ha interpuesto casi una decena de denuncias relacionadas con los veladores.
«Cuando yo monté el negocio -relata el afectado, Francisco José Márquez- tuve un problema burocrático con los permisos de las mesas. Este hombre me denunció, me ha buscado un follón y ahora todo el cerramiento de la terraza está paralizado, además de que tengo que pagar una multa de 700 euros, cuando es algo que a él ni le va ni le viene, y con esto come una familia entera». El caso de Pilar Fernández es aún peor si cabe, puesto que asegura que siente «acosada» por esta persona, algo que incluso le ha llevado a una profunda depresión. «Este hombre quería poner hasta una cámara para vigilarnos; no nos deja vivir y yo tengo un trastorno muy grande por esto».
Detrás de toda esta realidad, como afirman los afectados, se esconde la circunstancia de que el denunciado tiene algún familiar en el Ayuntamiento, lo que subrayan que «le da carta blanca» para actuar como considere oportuno. «Vamos a recoger firmas y lo que haga falta -sentencian-, porque esto no puede acabar con nosotros. Ha tenido conflictos con todos y no queremos que siga saliéndose con la suya».