Camps cede ante Rajoy, traiciona a Costa y le destituye de todos sus cargos
El presidente y el número dos del PP valenciano habían pactado su suspensión como secretario general El acuerdo cerrado el martes incluía su permanencia como portavoz en las Cortes de la comunidad
VALENCIA / MADRIDActualizado:Francisco Camps terminó por bajar la cabeza, perdió el pulso que mantuvo durante casi una semana con la dirección nacional y destituyó de todos sus cargos a su número dos, Ricardo Costa, al mismo tiempo que nombró a sus sustitutos en el partido y el grupo parlamentario.
Para doblegarse a las exigencias de Mariano Rajoy, el presidente valenciano tuvo que incumplir su pacto con el secretario general, que asumió la traición en medio de lágrimas. Ambos habían acordado el martes la suspensión provisional en tanto era investigado, pero permanecería como portavoz en las Cortes.
Mientras los dirigentes valencianos insisten en destacar el carácter «provisional» del cese de Costa, la secretaria general, Dolores Cospedal habló muy claro ayer por la mañana cuando dijo que el regreso del secretario general destituido es «imposible». Además, la dirección nacional informó de que no ha abierto ni tiene previsto abrir una comisión para investigar al ex número dos de los populares valencianos. Cosa distinta es que, en los próximos días, sea citado a hablar ante la comisión de Derechos y Garantías.
Al equipo de Rajoy le costó casi una semana lograr lo que hubiera querido conseguir el pasado jueves. Fue en aquella fecha cuando el líder del partido empezó a presionar al dirigente valenciano para que provocara la dimisión de su número dos, que debía haber sido apartado de todos sus cargos.
La parálisis del presidente valenciano y la resistencia sin precedentes de Costa llegaron hasta el momento en el que ayer Francisco Camps anunció la destitución del portavoz ante el grupo parlamentario «en cumplimiento del acuerdo adoptado ayer (por el martes) por el Comité Ejecutivo», según les dijo a sus compañeros de partido, dando por hecho también su cese temporal como secretario general.
Los asistentes a la esperpéntica reunión de la dirección regional sabían que tal cosa no era cierta y que Costa tenía razón cuando aseguraba que había sido ratificado en el cargo y sólo cesaría temporalmente si la dirección nacional abría una investigación. Pero ni uno sólo de los diputados que conocieron la noticia por boca de su presidente intervino y todos escucharon consternados el nombre del nuevo portavoz, Rafael Maluenda, mientras el político destituido rompía a llorar.
El pleno retrasó su horario habitual y Francisco Camps salió a la calle tras haber consumado la faena. No tuvo ningún problema en dar cuenta a los medios de comunicación de la medida que acababa de comunicar al grupo parlamentario y lo hizo restándole importancia. «La decisión que acordamos ayer ya está tomada», dijo, e insistió en que el acuerdo fue adoptado por unanimidad, dado que nadie intervino tras su discurso. «Ahora, a seguir con nuestra tarea de servicio a los valencianos, que es de lo que se trata», apuntó. Nada dijo de las exigencias que le plantearon desde la cúpula del partido en las últimas horas y días. Ni tampoco de la amenaza que tenía más reciente, formulada ayer a primera hora, por la secretaria general, Dolores de Cospedal.
Advertencia
En declaraciones a la Cope, la número dos del PP lanzó una advertencia personal y directa a Ricardo Costa cuando aseguró que si se atrevía a ejercer de portavoz parlamentario, la dirección del partido tomaría «las medidas disciplinarias correspondientes», poniendo nombres y apellidos a la amenaza que Rajoy ya había empleado con Camps desde el viernes, pero sin resultado. «Según los estatutos del partido, si a una persona se le abre expediente disciplinario que conlleva la suspensión temporal de militancia -explicó-, ésta lleva aparejado el abandono inmediato de todos sus cargos».
El aviso de la encargada de administrar la disciplina interna en el PP nacional, a las ocho de la mañana, estaba perfectamente calculado para disuadir a Costa de ejercer como portavoz, algo que tenía previsto hacer en la reunión del grupo parlamentario convocada para dos horas después. Con esa intención llegó el secretario general del PPCV a la sede de las Cortes, hasta que su presidente le comunicó la ruptura del acuerdo que ambos habían alcanzado el día anterior para que el Comité Ejecutivo defendiera su honradez, le ratificara en el cargo y ofreciera su cese temporal cuando la dirección nacional le abriera una investigación. El pacto suponía que Costa seguiría como portavoz.
Defenderse
Tras escuchar la noticia de su destitución en privado y en público, Ricardo Costa, finalmente repuesto del golpe, asumió, como dice que ha hecho siempre, las directrices de su jefe. Habló brevemente a los periodistas para explicar su proceder de los últimos días y dijo que pretendió defender su honradez y no aferrarse a los cargos. «Creo que lo he conseguido -señaló- y ahora estoy, como siempre, a disposición del partido y de la dirección nacional».
Apenas unos minutos después, un comunicado del PP valenciano anunciaba el nombramiento del alcalde de Crevillente, César Augusto Asencio, como nuevo secretario general. Tanto Asencio como la nota del PP valenciano dieron por sentado que ya está en marcha la investigación que pidió Costa personalmente.
Pero también Cospedal se apresuró a poner las cosas en su sitio al advertir de que tal medida es discrecional de la dirección nacional, que no va a consentir que un secretario general autonómico le diga a él lo que tiene que hacer. De hecho, no habrá investigación.