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Aliaga y Larraz, con la secretaria de Industria, Teresa Santero. / EFE
Economia

Los sindicatos ven «avances» en la oferta de Magna pero exigen mejoras

El comité de empresa pelea por que el nuevo propietario de Opel aclare sus planes a corto plazo para Figueruelas

JULIO DÍAZ DE ALDA
MADRIDActualizado:

«La negociación con Magna avanza, sobre todo para el largo plazo, pero aún quedan flecos y muchas cosas por aclarar sobre el corto». Así se pronunciaba ayer el presidente del comité de empresa de Figueruelas, Juan José Arceiz, tras explicar que en las últimas horas España ha arrancado al grupo austriaco-canadiense compromisos que suponen «carga de trabajo garantizada hasta el año 2018». En concreto, gracias al nuevo Meriva, que comienza en 2010 y tiene planteada actividad para seis años, y al Corsa, a partir de 2013 y con otros seis años de fabricación estimada. Los despidos, sin embargo, se presentan como algo inevitable.

Las conversaciones no han terminado, y los sindicatos quieren hoy analizar en clave interna las últimas novedades. Y eso a pesar de que General Motors y el inminmente nuevo propietario de Opel pretenden cerrar la compra en las próximas horas.

La jornada de ayer sirvió para que los sindicatos recibieran y analizaran la última propuesta de Magna. Un documento de cinco puntos que no tiene por qué ser el último, ya que los representantes de la plantilla aspiran a garantizar mejoras para los próximos tres años. Algo a lo que, sin embargo, Magna no parece muy dispuesta.

La oferta plantea mantener en Figueruelas, siempre a partir de 2013, un 72% de la producción total de la denominada plataforma Gamma, la más pequeña de Opel y que es la encargada de montar el Corsa, el Meriva y el Combo. El resto sería para la planta alemana de Eisenach. Éstos son los porcentajes actuales, que suponen una producción máxima para Zaragoza de 478.000 unidades al año. Pero el 'truco' es que Magna quiere reducir hasta esa fecha la cuota española hasta el 70%. Lo que puede dejar en peor situación a Figueruelas si la demanda, y por ende la producción, mejoraran hasta entonces.

Otro de los puntos fuertes de la propuesta es la garantía del mantenimiento de las dos líneas de producción de la factoría, así como la adjudicación de parte de la nueva generación del Corsa.

Firmeza

Magna, sin embargo, no cede en lo que resopecta al traslado a Alemania de la sección de planchas de troquelado, que constituye una de las principales demandas del comité de empresa en lo que al corto plazo respecta.

Además, el grupo austriaco-canadiense ha dejado abierta la posibilidad de adjudicar en exclusiva a Zaragoza la producción de algún nuevo vehículo, si fuera el caso. Con todo, no serían grandes volúmenes, puesto que el nuevo dueño de Opel acostumbra a poner en el mercado algunos productos «con una tirada de 15.000 o 20.000 coches», aclara Arceiz.

En plena negociación en Zaragoza llegó un mensaje incendiario desde Alemania: el presidente del comité de empresa de Opel Europa, el alemán Klaus Franz, se mostró convencido de que la venta de la compañía se cerrará definitivamente hoy.

El presidente de GM, Fritz Henderson, también ha señalado lo mismo. La venta ha estado plagada de presiones políticas y sindicales, al tiempo que ha despertado las sospechas de las autoridades comunitarias de Competencia.