¡Ojito, ojito!
Actualizado: GuardarSoy de esos aficionados al Carnaval que se empapan de coplas desde el comienzo del concurso hasta el domingo de piñata. Quizás sea un bicho raro en estos tiempos que corren. Así lo he vivido toda la vida, y sigo así, no estoy tó el año dale que te pego oyendo carnaval. Sin embargo el pasado lunes me pudo la curiosidad y, después de ver un poco del desfile, me conecte a la nuestra. Allí, en el Auditorio cartujano Rocío Jurado de Sevilla, repleto de público (mas de 8.000 personas), en pleno mes de octubre, a pleno sol y a 30 grados estaban oyendo los repertorios de las chirigotas ¡impresionante! El Yuyu, Quique Remolino, el Love, el Canijo y el Selu hicieron las delicias de todos los allí congregados. Lo que más me llamó la atención es que cuando las cámaras tomaban planos cortos del público, siempre había alguien siguiendo las letras, ¡se las sabían todas!, daba igual que fueran de este año, del pasado o de los setenta, ¡las cantaban todas!
Sin duda, la televisión ha favorecido la difusión de esta tradición tan nuestra, pero, visto lo visto, ya no es solo nuestra, es de todos, ya no tiene fronteras. Eso me parece magnífico y hasta deseable, es algo, que allá por los años sesenta ni hubiéramos podido imaginar. Pero, como con todo, hay que ser inteligentes y sacarle el partido en nuestro beneficio. Nuestro Carnaval tiene un potencial que puede hacer de Cádiz centro y referente pero si dejamos que otros lo hagan en nuestro lugar, al final y como siempre no servirá para nada.
El ingenio de las agrupaciones puede ser una moneda de cambio que, bien explotada, ayude a muchos de nuestros conciudadanos a paliar la crisis económica. Pero ¡Ojito, ojito! que hay mucho listo suelto y al final, como el pescaíto frito o el Rocío, termina siendo Trianeroxs