«Con ustedes, ¡la escuadra invencible!»
COLPISA. ZENICA (BOSNIA) Actualizado: GuardarUn espeso manto de nieve y un termómetro tiritando recibieron a la selección española en el aeropuerto de Sarajevo. Los internacionales habían pasado del verano armenio al invierno bosnio en poco más de tres horas. Un desplazamiento incómodo porque el despertador sonó a eso de las cuatro de la mañana en el hotel de concentración.
La selección tuvo que madrugar para poder cumplir con una agenda comprimida. La primera parada tuvo lugar en Camp Butmir, el enclave que ocupan las tropas multinacionales de la EUFOR (European Union Force in Bosnia and Herzegovina), entre las que se encuentran 325 soldados españoles.
La visita tiene su origen en la colaboración desinteresada que prestó Vicente del Bosque al Ministerio de Defensa en la campaña para conmemorar la Fiesta Nacional. En esos encuentros con los responsables de Defensa, entre ellos con la ministra Carme Chacón, se acordó una visita de la selección a las tropas con motivo del encuentro que debía jugar España con Bosnia en Zenica, una ciudad a 70 kilómetros de Sarajevo.
Tanto la Federación Española como Del Bosque aceptaron encantados la propuesta. ¡Y vaya si disfrutaron! Mandos, tropa, jugadores y un reducido grupo de aficionados privilegiados. La selección ganó su mejor partido. Con naturalidad y patriotismo. Con sinceridad y encanto. Los jugadores se hicieron fotos con todo el contingente y con algún arrimado extra, como lo fueron soldados búlgaros, británicos, polacos o italianos.
El acto estuvo de diez. Ni el frío del hangar ni la temperatura exterior quitaron una pizca de calor al excelente ambiente que se creó. Los jugadores se dejaron agasajar y nadie arrugó el morro. Se hicieron mil fotos y firmaron otros tantos autógrafos. El sargento de Infantería de Marina Raúl González (casualidades de la vida) fue el speaker. Dejó perlas: «Con ustedes, ¡la escuadra invencible! Desde la retaguardia protegiendo el despliegue de sus compañeros, Casillaaaaaaas...». A la ministra se la vio muy en su papel de política. Pronunció un discurso institucional, que terminó con vivas a España y a El Rey, pero estuvo en fuera de juego, como superada por el jolgorio que allí se generó. Vivió una mañana más tranquila que si hubiera comparecido en el Pleno de Control del Congreso.